YO ESTUVE ALLÍ

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La columna de Cultura de María Macaya

Mayo 26, 2024

Parece mentira, estoy mirando esta foto, 25 de mayo de 2010. Cristina es presidenta, la veo atravesando una Plaza de Mayo desbordada de gente acompañada por Néstor Kirchner, su esposo y antecesor y por los presidentes Pepe Mujica de Uruguay, Lula da Silva de Brasil, Evo Morales, de Bolivia, Fernando Lugo, de Paraguay, Rafael Correa, de Ecuador, Sebastián Piñera, de Chile, Hugo Chavez, de Venezuela camina a un costado. Sueltos, libres, emocionados avanzan rodeados de mujeres, hombres y niños. No hay temor, más bien mucho amor que los abraza.
Se celebra el Bicentenario de la República Argentina. 200 años de la Revolución de Mayo.
¡Es una fiesta de la Patria! Estamos todas y todos invitados, en todas las plazas del país hay celebración. Acá en Buenos Aires festivales, desfiles, una inmensa feria popular, una larga e impresionante secuencia de hechos de nuestra historia realizadas con técnicas de última tecnología, el Éxodo Jujeño, el Cruce de los Andes, la Ronda de las Madres de Plaza de Mayo, una copia
gigante de la Constitución Nacional se desplaza imponente. Y más y más.

 

El Cabildo iluminado con los colores de la Patria. Miramos absortos el mapping que se proyecta sobre sus paredes entre tantas recordaciones de indudable nivel artístico.

Una grúa lleva en lo alto la figura de la República que danza en el aire feliz y orgullosa, debajo un mar de gente observa deslumbrada.

Las canciones patrias inflaman los pechos y se escucha con fuerza la palabra Revolución. Padres, madres, niños, abuelos caminan, recorren, atraviesan calles y avenidas. Banderas, fotos, pastelitos, pines, remeras. Una lleva la inscripción “Yo estuve allí”.
Pasaron 14 años de ese hito histórico, un enorme homenaje a más de 40.000 habitantes, un pueblo festejando y compartiendo. “Una fiesta de, para y por ustedes”, dijo Cristina Fernández de Kirchner.
Celebrábamos el cumpleaños de la Patria, de esta que ha tenido una vida tan intensa, tan agitada, y tan compleja. Era un tiempo feliz, estábamos orgullosos de todo lo conseguido y más aún de ser argentinos. Vislumbrábamos un futuro mejor y un porvenir digno y equitativo para nuestros niños y niñas. Aquellos que caminaron esas calles tomados de nuestras manos hoy son jóvenes que
no merecen este presente.
¡Qué desgracia cayó hoy sobre esta Patria!, no estamos felices. Pero allá un poco lejos vemos, con la persistencia y la tenacidad que nos caracterizan, un tiempo mejor, más humano, más revolucionario.
Dijo Cristina “los pueblos deprimidos y tristes no pueden cambiar nada, los pueblos con alegría, que celebran toda su historia, son los pueblos que podemos seguir transformando y cambiando”. En eso estamos, para recomponer lo que día a día están destruyendo los que llegaron con intenciones de colonizarnos.
Desde nuestros corazones y a los gritos:

¡VIVA  LA PATRIA!

¡LA PATRIA NO SE VENDE!

¡LA PATRIA SE DEFIENDE!

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