UN VERDADERO FRENTE DE LIBERACIÓN (3)
Por Daniel Di Giacinti**
Mayo 24, 2025
La reconstrucción de nuestro movimiento necesita articular a quienes comparten la necesidad de poner en marcha esta nueva democracia. No me organizo como fuerza política dentro del sistema liberal y el pueblo en la tribuna, sino como un movimiento político que desea cambiar el sistema de representación ciudadana y permita integrar a la comunidad a una política constructiva común.
No me debo unir a quienes están contra Milei simplemente, sino con los que quieren enfrentar el sistema político que permitió el ascenso del monstruo. La reorganización del movimiento será motorizada por la armonización de las fuerzas políticas y sociales que pretendan gestar una nueva democracia donde la comunidad sea la protagonista central.
Quedarán enfrente quienes quieran mantener las actuales instituciones de representación neoliberal que impiden el crecimiento de la cultura social del pueblo. Quedarán enfrente quienes quieran mantener los privilegios de una casta política vanguardista que quiere sumergir a la comunidad en un espíritu egoísta intrascendente. Quedarán enfrente quienes quieran entregar los resortes fundamentales de la Nación a las plutocracias que en manos de los super multimillonarios controlan el mundo. Esta es la grieta correcta que debemos promover, y no la grieta actual que es producto de una pelea interminable por lograr el poder y que disocia sin sentido a la comunidad impregnándola de un espíritu de confrontación permanente.
El acuerdo partidario fundacional
Este nuevo frente nacional debe gestionar un gran acuerdo fundacional de la Nación que debe definir una serie de objetivos estratégicos que incluyan a todas las identidades partidarias, sociales y económicas del país. Este acuerdo debe también sintetizar los principios comunes de los objetivos trazados, para poder ser compartidos con el pueblo y para unir de esa manera a la comunidad en una concepción común en la cual todos podrán participar de alguna manera. De esta forma la nueva democracia popular cambiará el enfrentamiento disociativo de la partidocracia liberal donde todos pelean para llegar al gobierno para desde ahí imponer su plan al resto de la comunidad, por un diálogo sobre la mejor forma de lograr lo que todos queremos.
Esta acción pretende un nuevo concepto de autoridad partidaria donde la imposición vanguardista y de Ceos profesionales actual, transmuta en una nueva autoridad que se construye sobre la capacidad de coordinación del esfuerzo común. Según el Modelo Argentino y el borrador de la constitución justicialista de 1974, se debe sumar a la acción legislativa tradicional de los partidos políticos, el protagonismo de un Consejo Partidario en el ámbito del poder ejecutivo de la nación. Esto dotaría a las fuerzas políticas de una misión más de carácter estratégico y brindaría un marco de acción más amplio a la democracia social ante un mundo con elevada y acelerada conflictividad socioeconómica. Habrá momentos de expansión o de contracción económica, momentos de brindar ayuda social extrema u otra de profundización de derechos individuales. No lo sabemos. Pero un sistema articulado sobre identidades partidarias amplias puede brindar un campo de acción y cobertura ideológica a los vaivenes lógicos de un proyecto nacional que evoluciona en un mundo en cambio permanente. Por eso Perón planteaba que los partidos políticos debían ordenar sus basamentos ideológicos en valores doctrinarios para poder acompañar la dinámica constructiva de la nueva soberanía popular.
“En un país institucionalmente representativo, la organización de las fuerzas políticas debe ser representativa, para servir con fidelidad al país. Para ello, toda organización política debe tener claramente establecida su unidad de doctrina, en la cual se apoyarán sus estructuras orgánicas y su accionar. La unidad se logra básicamente cuando se dispone de un profundo conocimiento del país y se hayan determinado con claridad, los objetivos que desean alcanzarse y los medios a utilizar. La democracia social que deseamos no se funda esencialmente en la figura de caudillos, sino en un estado de representatividad permanente de las masas populares. Todas las fuerzas políticas necesitan de la acción armónica de quienes conciben la doctrina, de los que la predican y de los que habrán de ejecutarla. La doctrina de cada partido debe ser predicada y no simplemente enseñada. Ello significa que hay que hacerla conocer, comprender y sentir. Pero todo partido político, para que ejerza una acción eficiente, requiere no solamente del valor numérico de sus integrantes, sino también de una base ideológica explícitamente establecida. Tal aspecto podrá evidenciarse a través de una clara plataforma política que no será otra cosa que lo que el partido conciba como Proyecto Nacional.”
Juan Perón, El Modelo Argentino
Las fuerzas políticas propuestas por Juan Perón desechan la idea de un partido único y la de una dispersión multiplicada de partidos. Pero es evidente que debe comenzar a gestarse una dirigencia política partidaria que se entregue a un nuevo sistema de participación ciudadana, donde el protagonismo fundamental dependa de un Poder ejecutivo ampliado, conducido por el partido político que gana la elección y acompañada por un consejo de partidos políticos y de consejos socioeconómicos que creen y sostengan los planes de gobierno. Luego la planificación de los compromisos tomados podrá compartirse con la comunidad en un proceso unido detrás de los principios comunes que forjaron el acuerdo fundacional.
**Presidente de la Fundación Villa Manuelita

