UN NUEVO CONCEPTO DE AUTORIDAD (2)
Por Daniel Di Giacinti**
Mayo 18, 2025
Hoy la autoridad se define al elegir quien decide por vos. Es una autoridad que supuestamente te “representa”. En la Comunidad Organizada el pueblo debe elegir a quien coordine la acción del conjunto. Necesitamos una nueva dirigencia que debe demostrar su capacidad desarrollando la nueva soberanía popular basada en la acción creativa de todos los argentinos. Si todos somos parte de una orgánica que tiene claro el objetivo común y los principios y valores que lo unen, la autoridad se define por la capacidad de armonizar el esfuerzo de todos.
Estaríamos por ejemplo ante un federalismo real porque se cede poder ante quien tiene la capacidad de incluirme en una acción común. Los valores comunes terminarán uniendo al conjunto en una articulación donde todos se van realizando y construyendo una nueva Argentina. Se cede la autoridad en alguien que conduce al conjunto donde todos formamos parte activa.
La acción política no debe ser una imposición sino una acción de coordinación. Hacer lo que las bases quieren, el federalismo, el cooperativismo y cualquier tipo de participación popular podrá existir si el conjunto forma parte de una acción coordinada con un objetivo común. No se trata de organizarse para defender los intereses sectoriales, de un gremio, de una provincia o de un municipio. Se trata de organizar una acción común, que no puede ser otra que la construcción de una patria renovada para desde ese objetivo articular los intereses sectoriales con los intereses de la nación. Sólo el esfuerzo para poner esta nueva forma democrática en marcha podrá definir una nueva autoridad que será responsable no de imponer una verdad absoluta e intimidante sino de conducir el proceso común.
No se trata de organizar las demandas de los distintos sectores sino de que todos busquen y construyan algo distinto y nuevo al cual pueden ceder sus intereses individuales y sectoriales. La verticalidad de imposición típica del liberalismo termina cuando la comunidad se pone en marcha para construir lo nuevo. Del verticalismo opresor pasamos a la coordinación del esfuerzo como nuevo paradigma de autoridad revolucionaria. Más que organizarme para defender mis intereses sectoriales me debo organizar para participar desde mis intereses sectoriales en la construcción de mi patria como garantía del triunfo de todos.
Sin creatividad comunitaria en marcha no habrá ni autodeterminación, ni participación popular ni federalismo real. Para eso las dirigencias deben presentar el nuevo sistema participativo explicando los valores y principios que proponen entregándose públicamente a ellos. Para hacer lo que el pueblo quiere, primero hay que unirse al pueblo con una unidad conceptual. Quien no plantee esta unión espiritual como base indispensable para la construcción política, quién no se entregue públicamente a una doctrina común y ofrezca herramientas institucionales para sumar a quienes compartan esa doctrina a áreas de decisión y creación política, estará haciendo política de círculos y caudillismo liberal.

