Tortugas y tecnología. El saneamiento de la Cuenca Matanza – Riachuelo

VisiónPaís/ junio 14, 2020/ Sin categoría

Dibujo de Laura Pregliasco. Tw: @LauraPregliasco

Por Bruno Pedro De Alto

La tortuga cabeza de víbora o tortuga acuática cuello largo tiene como nombre
científico el de Hydromedusa tectífera. Es considerada especie Eurioico, es
decir, especie con una amplia adaptación al medio. Viven en casi cualquier
ecosistema. Son considerados organismo de gran potencial biótico, dicho en
términos más simples, son especies con capacidad de reproducción que aún
en condiciones de vida como una zona contaminada. Esto es lo que sucede en
gran parte de la Cuenca Matanza – Riachuelo. Se ven allí estas tortugas,
porque tienen respiración pulmonar y un rango alimentación amplio, hasta se la
ve comiendo basura.
Mas allá de la simpatía que genere su presencia en la zona de La Boca y Río
de La Plata, no es un el mejor indicador de biodiversidad recuperada por los
trabajos de saneamiento que se hacen en la Cuenca. Ellas, como la Garza
Blanca, siempre estuvieron: “Se la bancan” dice un botero que cruza el
Riachuelo llevando vecinos desde La Boca a Avellaneda y viceversa.
Pero el caso de la visualización de peces en la Cuenca Baja, es algo distinto. El
cauce principal, desde la Cuenca Media hasta la desembocadura del Río de la
Plata, ofrece condiciones de vida inapropiadas para los peces ya que falta
suficiente oxígeno disuelto en el agua. Sin embargo, el fenómeno de peces
nadando bajo el Puente Avellaneda, frente a Caminito y aledaños, es algo
frecuente.

Esa presencia se desarrolla cuando una importante masa de agua ingresa, con
suficiente contenido de oxígeno disuelto desde el Río de la Plata al Riachuelo y
permite que con ella también lo hagan los peces. La marea alta y la sudestada
son las causas más comunes para explicar estos sucesos.
Los que importan más son los organismos Estenoicos. Aquellos que solo
sobreviven con factores ambientales cuyos límites son muy estrechos. Por
ejemplo, la cantidad de oxígeno disuelto en agua, la temperatura, la dureza, la
conductividad, el nivel del pH y otros, que actúan sobre sus organismos de
manera directa y determinan la posibilidad de vida.
Por esta razón, la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo, ACUMAR 1 , entre
otras mediciones, releva la flora y fauna para identificar aquellas especies
acuáticas de vertebrados, por ejemplo, peces y aves, e invertebrados que
podrían ser consideradas como bioindicadores. Su existencia, en determinados
lugares de la Cuenca, señalan avances del saneamiento.
Podríamos decir que estos organismos, vistos como bioindicadores, funcionan
como sensores: miden la calidad ambiental. En especial, la calidad del agua. El
agua de la Cuenca Matanza Riachuelo está en recuperación, una lenta y
dificultosa recuperación de su alto nivel de contaminación.
La contaminación del agua de la Cuenca tiene múltiples factores: el tipo y nivel
de actividad industrial, los vertidos cloacales, y la generación y tratamiento de
residuos domiciliarios y urbanos. La actual gestión de ACUMAR apunta
fuertemente a trabajar esos tres frentes.
Para la contaminación industrial se está trabajando para recuperar la Autoridad
en el Control Industrial. ACUMAR inspecciona y evalúa el manejo de los
efluentes líquidos de los establecimientos en base a la normativa vigente. El
incumplimiento de ella puede derivar en sanciones y hasta clausuras. Otro
aspecto relevante en el tema, es una política activa para incorporar tecnología
de monitoreo ambiental a distancia y continuo en toda la Cuenca, y en especial,
en las industrias.
Para resolver la importante incidencia de los vertidos cloacales sobre la
Cuenca, se está terminando la obra más importante en políticas sanitarias del
país: el Sistema Riachuelo. El Sistema Riachuelo está integrado por una planta
de pretratamiento, estaciones de bombeo, un emisario subfluvial y obras de
transporte e intercepción que recorren a más de 20 metros de profundidad por
debajo de la ciudad de Buenos Aires. En una obra inexplicablemente demorada
por el gobierno anterior.
También se está trabajando en soluciones socio-técnicas para los
denominados “barrios desvinculados”, es decir, aquellos que aún no están incluidos
en los planes de expansión de las redes cloacales y de agua de las
localidades de Cuenca Media y Alta.
La política de tratamiento de residuos sólidos urbanos, también va recibir un
impulso con la novedosa incorporación de plantas de tratamientos integrales en
varios puntos de la Cuenca. Se trata de la incorporación de tecnología del siglo
XXI a sistemas que hoy solo logran mantener un modesto nivel de limpieza en
los lugares de generación.
Más allá de estos tres factores señalados en los párrafos anteriores, se está
trabajando también desde una mirada trasversal. Son los llamados proyectos
de intervenciones múltiples en las subcuencas y arroyos. Son intervenciones
locales, donde se concentran acciones e instalaciones sobre el mismo curso de
agua y su entorno inmediato. Lo que se implanta en esos puntos son sistemas
de captación y de tratamiento de residuos, tareas permanentes de limpieza
márgenes, tratamiento del agua del cauce a través de diversas tecnologías,
parquizado y urbanizado, actividades recreativas y culturales, control industrial
en las industrias cercanas, etc. Todo con una importante participación comunal
y vecinal.
La CMR ha mejorado y está mejorando. Falta mucho. Pero se está trabajando
para incorporar nuevas acciones, muchas de ellas inéditas en ACUMAR. El
gran desafío ambiental argentino, sin duda, es éste: en la CMR viven seis
millones de personas.

1 La Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) es un ente autónomo, autárquico e
interjurisdiccional que conjuga el trabajo con los tres gobiernos que tienen competencia en el territorio: Nación, Provincia de Buenos Aires y Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Tiene a cargo cumplir un Plan Integral de Saneamiento Ambiental para dicha Cuenca.

 

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