¿TE ACORDAS CUANDO IBAMOS DE VACACIONES A MAR DEL PLATA?
La columna de Cultura de María Macaya
Noviembre 23, 2025
Las familias trabajadoras marchaban a La Feliz en la temporada de verano. Las playas de Mar del Plata se llenaban de sombrillas, de niños y niñas revolcándose en las olas, de canastas con 
sándwiches de milanesa compartidos dentro de las carpas. Los paseos por La Rambla, las noches
en el Casino, el Hotel Provincial, los hoteles sindicales con pensión completa, la Avenida Luro, la Colón, la calle San Martin, La Peralta Ramos nocturna iluminada por donde se paseaba del brazo, los restoranes del puerto, los lobos marinos.
Yo viví esa época y muchos y muchas que lean esta columna también lo han vivido.
Corrían los años 60, Mar del Plata era la capital del turismo popular de la clase media. Ya una década y media antes, durante el primer peronismo, con vacaciones pagas y aguinaldo las familias tuvieron acceso por primera vez a un amplio programa estatal de Turismo Social destinado a los trabajadores.
Tres décadas antes La Feliz era un destino exclusivo reservado en su mayor parte para las familias de la clase alta aristocrática del país.
Fue un cambio rotundo para las clases populares. Disfrutar de esos derechos y beneficios, tomar descansos merecidos, conocer el mar, espantó a la oligarquía, que desesperada comenzó el éxodo en busca de otros balnearios donde refugiarse de las huestes obreras.
Hoy, casi a fines del 2025, las familias trabajadoras no pueden pensar en vacaciones. Enfocadas solo en sostener lo elemental para transitar el mes, evidentemente no pueden planificar un paseo.
De todos modos persistimos en el deseo de una vida mejor, con derechos y garantías, con salarios dignos, con menos sufrimiento, con momentos felices. Persistimos porque ya lo hemos vivido, sabemos que existe, ¿por qué no intentarlo otra vez?