EL CUENTO DESAPARECIDO
En el verano del ‘77 Rodolfo Walsh le leyó en voz alta a Lilia Ferreyra, su compañera, el último cuento que había escrito. El texto —que la misma Lilia había pasado en limpio en la máquina de escribir Olympia de Walsh— fue robado en un allanamiento, meses después, por el mismo grupo de tareas que lo asesinó. “Juan se iba

