La idea es apropiarse de las materias primas y sobre endeudar a los países que no son responsables del cambio climático. Se necesita un relato público, una hoja de ruta con vistas a las próximas citas de 2023, en particular, a la COP28 en Emiratos Árabes el 12 de diciembre de 2023. Aunque parece broma que la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se lleve a cabo en tierras del séptimo productor de energía no renovable.
Uno de las ideas que encubren la realidad es el desafío de recuperar la confianza a nivel internacional. Esta confianza se ha visto afectada, en parte, por la dificultad de lograr la promesa hecha en 2009 en la COP15 de Copenhague, y reafirmada en 2015 en París: aportar 100.000 millones de dólares anuales, desde entonces a 2020, para ayudar a los países a adaptarse. La suma prometida se ha estancado en 83.000 millones y durante el 2023, es decir, ocho años después, es posible que se reúna. El segundo son otros 100.000 millones de dólares, los Derechos Especiales de Giro (DEG), sacados para rescatar las arcas en la época de Covid-19. Pero el sistema de redistribución es manifiestamente desigual, ya que es proporcional a la pertenencia de cada país al FMI. Por ejemplo, de los 650.000 millones de dólares en DEG emitidos en el marco de la pandemia, sólo 33.000 millones se destinaron mecánicamente a África.
A la reunión en París acudieron 39 jefes de Estado, de los cuales 26 son africanos, 45 ministros y otros tantos responsables de grandes instituciones, entre ellas las principales afectadas por una reforma de los acuerdos de Bretton Woods: Kristalina Georgieva, directora del FMI; Ajay Banga, del Banco Mundial, así como Dilma Rousseff, ex presidenta de Brasil y directora del Nuevo Banco de Desarrollo, creado por los Brics, y el sultán Al-Jaber, que preside a la vez la próxima COP28 y la compañía petrolera nacional de los Emiratos Árabes Unidos.
¿Cuál es la mejor manera de apoyar el espíritu empresarial y estimular un sector privado generador de empleo? Movilizando recursos financiamiento locales, instituciones públicas, fondos privados y el desarrollo de iniciativas probadas y comprobadas, como la Alianza para el Emprendimiento en África. Con el discurso de restablecer la confianza Norte-Sur, el sector privado puede ser una nueva fuente de ingreso y se podría negociar la deuda y reformar las instituciones financieras para que solventen, a través de los estados, nueva deuda para el desarrollo sustentable, siguiendo la lógica del nuevo consenso de Washington, tratado previamente en nuestro blog.
El tema de los minerales críticos ha sido destacado en el escenario mundial. El Foro Regional, previo a la COP27 de la nuevo consenso de Washington), declaró que Europa y América del Norte no podrán obtener resultados sobre el Acuerdo de París o los Objetivos de Desarrollo Sostenible sin un cambio rápido hacia la energía limpia y las energías renovables. Con este fin, el foro enfatizó la importancia de aumentar los esfuerzos para financiar minerales crudos críticos y administrarlos de manera sostenible. La estrategia del Secretario General de las Naciones Unidas para la Transformación de las Industrias Extractivas para el Desarrollo Sostenible también pone de relieve la gestión sostenible de minerales críticos.
El continente africano, el gran olvidado, podría beneficiarse del cambio hacia tecnologías y energías limpias. El continente tiene el 30% de las reservas minerales del mundo, incluido muchos minerales esenciales para la transición verde. Por ejemplo, la República Democrática del Congo (RDC) produce alrededor del 70% del cobalto del mundo, mientras que Sudáfrica tiene la mayor parte de las reservas de manganeso. Madagascar y Mozambique tienen proporciones significativas de grafito, y Zimbabue tiene grandes depósitos de litio.
El desafío es que una cantidad muy limitada de los minerales críticos de África se procesa en el continente. China es el actor dominante en el procesamiento de minerales, refina el 73% del cobalto, el 40% del cobre, el 59% del litio y el 67% del níquel. Una gran parte de estos minerales se importa sin procesar de otros lugares, incluida África. China también domina las cadenas de valor de la tecnología verde, produciendo más del 80% de los paneles solares del mundo y más del 70% de las celdas de batería de iones de litio del planeta.
Ahora, para traer a la palestra temas de confianza: quien propone este nuevo Pacto Financiero Mundial, Francia, es un viejo conocido de África, continente al que ha estafado por más de 50 años con una unión monetaria cuyo nombre es Franco de cooperación financiera de África Central,mejor conocido como CFA.
Esta divisa, que emplean 14 países africanos, la mayoría de herencia gala, apenas es conocida fuera de los territorios donde se usa. Pero fue denunciada dentro de las internas europeas por autoridades italianas, que acusaron a Francia de usarla para enriquecerse «empobreciendo a África». Después de 1945, el objetivo de Francia era facilitar el drenaje de recursos de estos territorios conquistados hacia la metrópolisy, a la vez, asegurarse el control económico de estas colonias.
El valor del franco CFA está ligado al de la divisa que use Francia (antes el franco francés y ahora, el euro), que tiene un poder decisivo sobre él. Existen dos versiones emitidas por bancos centrales diferentes, el Banco Central de los Estados de África Occidental (BCEAO, por sus siglas en francés) y el Banco de los Estados de África Central (BEAC), y valen lo mismo pero no son intercambiables. Francia tiene representación en ambos organismos. Las autoridades francesas defienden que los africanos son quienes deciden y que la iniciativa de hacer cambios o eliminar el franco CFA debe venir de ellos.
El Tesoro Público francés es un gendarme poderoso para las casas de cambio de los países africanos que usan el franco CFA. Los dos bancos, tanto el BCEAO y el BEAC, tienen la obligación de depositar el 50% de sus reservas internacionales dentro de una «cuenta especial» del Tesoro Público francés, que, a cambio, garantiza la convertibilidad de los francos CFA a euros. Los dos francos CFA son desconocidos para los mercados internacionales. Solo pueden ser convertidos en moneda extranjera a través del Tesoro francés. Asimismo, los billetes y monedas de franco CFA siempre son fabricados, sin recurrir a una licitación internacional, por las imprentas del Banco de Francia.
Con la idea de obtener ventajas financieras y volver a extorsionar al tercer mundo, los países centrales atacan nuevamente para quedarse con las materias primas necesarias para la transición energética, bienes de las cuales carecen, ahora con el discurso de ayudar a no aumentar el calentamiento global y la contaminación de las cuales el sur global, excluido China, no ha tenido la más mínima incidencia. Nadie estaría en contra de un mundo más sustentable, y lo que esa frase signifique. Editaremos las nuevas Venas abiertas del Sur Global. Los préstamos con cláusulas climáticas se encuentran entre los instrumentos innovadores previstos: si el país en cuestión se ve afectado por un ciclón, sus reembolsos se reprogramarán automáticamente durante los años siguientes. !Voilá!
Fuente El Tábano Economista