Nada…

VisiónPaís/ noviembre 22, 2018/ Sin categoría

Por Hilena Cosentino

Desde anoche estoy pensando que se puede escribir acerca de la muerte, nada… la muerte es nada…

Pero, ¿es nada cuando te toca de cerca y más cuando se lleva a jóvenes?

En menos de 24 horas tres muertes… conocidas, dichas, habladas, y algunas no tan difundidas, por supuesto que hay muchas más, pero tienen un denominador común, eran jóvenes, Xiomara, Martín y Ronald

A Xiomara y a Martín los conocí ayer.

Para Xiomara era ya tarde cuando la conocí, fue por la tele, en el noticiero, solo 15 años tenía, como tantas otras, Candela, Sheila, todas niñas… niñas asesinadas… y vaya a saber ¿por qué? Pero como decía la conocí ayer y no pude hacer nada por ella.

Sí por Martín, a Martín también lo conocí ayer, lo primero que supe de él fue por un WhatsApp, estaba desaparecido y para aquellos que tenemos algunos años, estar desaparecido no es nada bueno.

Pensé en su madre y en su hermana recorriendo hospitales, presentando un habeas corpus, pidiendo por las redes alguna noticia. Me puse en el lugar de ellas…  ¿y si hubiese sido alguno de mis hijos o mi hermano? Y me puse a disposición publicando por todos los medios que me fueron posibles, sentía como una carrera contra el tiempo y mientras tanto lo fui conociendo un poco más. Entré a su Facebook y leí alguna de las cosas que él escribía, si bien su filosofía no coincidía en varios puntos con la mía, reconocí a un gran pensador.

Y así fue pasando mi día metiéndome un poquito mas en esa vida, y esperando que digan que fue una gran confusión, que estaba bien, que aquí no pasó nada…

Pero nada es nada o es todo y nada de eso fue, fue el todo… ¿y ahora?

Ahora sabemos, pero no todo

Sabemos que Martín ya no está, pero no sabemos por qué no está

Sabemos que lo mataron, pero no sabemos quién lo mató

Sabemos que nos dejaron sin su filosofía, acertada o no, pero no le dieron la oportunidad de quizás cambiarla… o no…

Y como si fuera poco, hoy Ronald un militante de la Organización Libres del Pueblo -CTEP, no tuve la oportunidad de conocerlo, pero era un joven padre de cinco hijos que tampoco lo van a conocer.

Solo pido ¡JUSTICIA! por los tres.

 

Compartir esta entrada