MAYO 2025 INSPIRADOR
La Columna de Cultura de María Macaya
Mayo 11, 2025
Este otoño trajo novedades de peso. Para las y los que ansiamos un mundo más humano y más igualitario el mes de mayo vino para levantarnos la autoestima, a pesar de la cotidianeidad de hechos aberrantes.
Una sucesión de acontecimientos concatenados asociados a la política argentina y la actual coyuntura merecen ser nombrados.
El estreno de la serie El Eternauta. Historieta argentina creada por el guionista Héctor Germán Oesterheld(1957), desaparecido por la dictadura militar en 1977, además de sus cuatro hijas, tres yernos y dos nietxs. Producción dirigida por Bruno Stagnaro amplificada exponencialmente por el planeta abre caminos para la recuperación de estos últimos.
El 7 de mayo se recordó a Eva Perón. A 106 años de su nacimiento, con la crueldad que lo caracteriza, este gobierno anunció el cierre del Instituto Nacional Juan Domingo Perón.
Siguiendo con este hilo lleno de simbología, Robert Francis Prevost fue elegido Papa el mismo día de la Virgen de Luján, el 8 de mayo.
“No hace falta aclarar que no creo en las casualidades; y hoy, una vez más, lo vuelvo a confirmar.
En el día de la Virgen de Luján, patrona de Argentina y de Río Gallegos, tenemos nuevo Papa, que recordó con afecto a Francisco, nos habló en nuestra lengua, rezó por la paz y adoptó el nombre de León XIV.
León XIII fue el Papa del trabajo… padre de la doctrina social de la Iglesia, a partir de su maravillosa encíclica Rerum Novarum.
Lo dicho… no creo en las casualidades.” Así se manifestó Cristina Fernández de Kirchner en la redes.
En una audiencia en 2013, el Papa Francisco, devoto de la Virgen de Luján, la recordó y le encomendó las alegrías y preocupaciones de los argentinos.
Jorge María Salvaire, sacerdote lazarista francés, desempeñó un papel crucial en la difusión del culto a la Virgen de Luján y en la preservación de su imagen. En 1904, el entonces Obispo de La
Plata, Juan Nepomuceno Terrero, ordenó que la imágen fuera recubierta con una coraza de
plata para protegerla del deterioro. Esta decisión fue ejecutada bajo la supervisión del Padre
Salvaire, quien había dedicado gran parte de su vida a la Virgen tras un episodio que marcó su
vocación.
En 1872, mientras evangelizaba en las tolderías indígenas de la provincia de Buenos Aires, fue
capturado y estuvo a punto de ser ejecutado. Según la tradición, Salvaire rezó a la Virgen de Luján y prometió dedicar su vida a su culto si sobrevivía. Milagrosamente, fue liberado por intervención de Bernardo, hermano del cacique Namuncurá, quien lo reconoció y lo protegió.
Años después, en 1886, el padre Salvaire presentó al papa León XIII la petición del episcopado
y de los fieles del Río de la Plata para la coronación de la Virgen. León XIII bendijo la corona y le
otorgó Oficio y Misa propios para su festividad, que quedó establecida en el sábado anterior al
cuarto domingo después de Pascua.
Así, el 8 de Mayo de 1887 (durante la Presidencia de la República Argentina del doctor Miguel
Juárez Celman y “con la asistencia de altos dignatarios de la Iglesia Católica Romana y del
Cabildo Eclesiástico Metropolitano), fue coronada, por el Papa Don León XIII, Nuestra Señora
de Luján”, deviniendo así en “Patrona del país”. (chacodiapordia.com).
Era el siglo XVII, el hacendado portugués Antonio Farías de Sá, afincado en Sumampa (Santiago del Estero), le escribió a un amigo suyo de Brasil para que le enviara una imagen de la Virgen en cuyo honor quería levantar una ermita. En mayo del año 1630 , llegó desde Brasil en barco
al puerto de Buenos Aires.
La imágen, llevada en carreta de Buenos Aires a Santiago del Estero, se detuvo inexplicablemente a las orillas del río Luján (a 67 km de Buenos Aires), cerca de la estancia de Don Rosendo Oramas. Se cambiaron los bueyes y se bajó la carga, pero sin resultado. Los bueyes rehusaban cruzar el río.
Los bueyes insinuaron moverse en cuanto se bajó esa caja del carro. Entonces, pensando que todo estaba resuelto, la volvieron a subir.
El resultado: el carruaje volvió a quedarse como estacado al piso.
Cuando volvieron a bajar la caja, los bueyes se movieron sin dificultad alguna. Dijo entonces el negro Manuel: “Esto indica que la imagen de la Virgen encerrada en este cajón debe quedarse aquí”. Abrieron el cajón y encontraron una bella imágen de la Virgen en su advocación de la
Purísima Concepción.
La otra imágen prosiguió viaje a su destino en Sumampa, donde se la consagró en la capilla de la estancia de Farías de Saa, en Santiago del Estero, donde dió origen a la devoción de Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa.
Al esclavo africano Manuel (Manuel Costa de los Ríos), le fue encomendado el cuidado de la imágen de la Virgen, una pieza de aproximadamente 38 cm, originalmente de terracota.
En un pequeña capilla de barro y paja, Manuel recibía a los creyentes que se acercaban a venerar la imagen y ungía a los enfermos con el sebo de las velas para curar sus males. Cuando la estancia y la capilla cayeron en abandono, doña Ana de Matos pidió la imagen para llevarla a sus tierras, donde actualmente se levanta la Basílica de Luján, y pagó 250 pesos por Manuel para que continuara cuidando de la virgen. Manuel lo hizo 1686 en que falleció, motivo por el cual él siempre se consideró “Ser de la Virgen nomás”, invocándola constantemente como su “Ama” y “Señora”. (argentina.gob.ar)
Oración a la Virgen de Luján
Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra. Nuestra Señora de Luján, Patrona de nuestra Patria; hoy alzamos nuestros ojos y nuestros brazos hacia tí… Madre de la Esperanza, de los pobres y de los peregrinos, escúchanos…
Hoy te pedimos por Argentina, por nuestro pueblo. Ilumina nuestra patria con el sol de justicia, con la luz de una mañana nueva, que es la luz de Jesús. Enciende el fuego nuevo del amor entre hermanos.
Unidos estamos bajo la celeste y blanca de nuestra bandera, y los colores de tu manto, para contarte que: hoy falta el pan material en muchas, muchas casas, pero también falta el pan de la verdad y la justicia en muchas mentes. Falta el pan del amor entre hermanos y falta el pan de Jesús en los corazones.
Te pedimos madre, que extingas el odio, que ahogues las ambiciones desmedidas, que arranques el ansia febril de solamente los bienes materiales y derrama sobre nuestro suelo, la semilla de la humildad, de la comprensión. Ahoga la mala hierba de la soberbia, que ningún Caín pueda plantar su tienda sobre nuestro suelo, pero tampoco que ningún Abel inocente bañe con su sangre nuestras calles.
Haz madre que comprendamos que somos hermanos, nacidos bajo un mismo cielo, y bajo una misma bandera. Que sufrimos todos juntos las mismas penas y las mismas alegrías. Ilumina nuestra esperanza, alivia nuestra pobreza material y espiritual y que tomados de tu mano digamos más fuerte que nunca: ¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA, CANTA Y CAMINA!
Un mes de mayo para recordar, para reflexionar, para tener esperanza.
Que este 25 de mayo, día de nuestra Patria, nos anuncie un futuro más alentador para liberarla de tanto retroceso.