La Escuela Superior Peronista – Curso sobre introducción a la Conducción…

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…Política Peronista.

Por Antonio Rougier

Agosto 5, 2022

Las Armas o la Escuela. – Por qué y para qué la Escuela Superior Peronista

Revolución en paz significa para nosotros
desarmar no sólo las manos sino los espíritus,
y sustituir la agresión por la idea,
como instrumento de lucha política”.
(Perón, 01-05-1974)

 

En el encuentro anterior tratamos de aportar a la comprensión de esta “sustitución de la agresión por la idea” como central en el proyecto político de Perón.
La siguiente cita del “Modelo Argentino de Proyecto Nacional” de Perón, sintetiza lo que hoy quiero compartir con ustedes con estas líneas:

“Si se quiere salvaguardar la nación que hemos recibido y seguir adelante en el proceso de preservarla y depurarla, o se usa la política de la fuerza, o bien se elabora la fuerza necesaria para respaldar una política. Una Argentina de felicidad y de grandeza admite únicamente la segunda alternativa. Necesitamos, pues, crear la fuerza requerida para sustentar una política nacional”.
¿Cómo se hace esto? Con la fuerza, con la imposición, con la violencia, con las armas, no.
¿Cómo entonces?
Con “personas”.
Cualquier tipo de personas, no. Sino que:
“Buscamos organizar una fuerza (constituida por personas) que, intelectual, espiritual y materialmente, sea una garantía para el pueblo argentino” (Rev. Mundo Peronista Nº 1 pág. 3 del 15-07-1951)

Toda la materia “Conducción Política” es la respuesta de Perón para que lo imitemos si queremos recorrer el camino transitado por él… Recoger su experiencia personal, social y política fruto de mucho “estudio” y mucho “trabajo” y mucha experiencia ya acumulada para la fecha de la creación de “LA ESCUELA” el 01-03-1951.

1.- ¿POR QUÉ UNA ESCUELA?

1.1.- Porque conducir es difícil.
Si hay tarea difícil, es lograr que otros seres humanos nos acompañen, libre y voluntariamente, en la realización de cualquier “idea”: social, económica, política, cultural o religiosa. Nos acompañen libre y voluntariamente a “elaborar la fuerza necesaria para respaldar una política”. Con convicción, alegría, mística y entusiasmo (como fue el pueblo del 17 de Octubre de 1945), más difícil aún.
Quizá sea por eso que Perón, antes de empezar su curso de “Conducción Política”, dio esta “Clase Inaugural” en la que creó La Escuela Superior Peronista. Porque toda “escuela” es un ámbito para “estudiar” y “transmitir” ideas.
Y antes de decirnos cómo hizo él para “elaborar la fuerza necesaria”, antes de transmitirnos su experiencia en Conducción Política, creó una escuela, creó el ámbito necesario. Porque, como veremos durante todo el curso, para hacer lo que hizo Perón, para aprender y comprender Conducción Política, hay que “estudiar” mucho, mucho. Como hizo él desde sus dieciséis años, para estar “preparado” a los cuarenta y ocho para ser Presidente de las y los argentinos.

1.2.- Porque su objeto, su objetivo es “formar” justicialistas.
Al empezar esta “la Clase Inaugural” de la Escuela Superior Peronista, Perón empieza en estos términos: “Aceptando una invitación del señor director de la Escuela Superior Peronista, me comprometí para comenzar hoy los cursos con una disertación referente a la organización, objeto y funcionamiento de la Escuela”.
Y continúa:
“Esta Escuela tiene una doble misión:
–la primera, es la de formar justicialistas, y
–la segunda, exaltar los valores peronistas para servir de la mejor manera a la doctrina justicialista”.
Para entender estas frases, que a mí me hicieron pensar mucho, debemos empezar por reconocer el alto valor intelectual de Perón y su gran preparación técnica.
Habla de un doble “misión”. Palabra que tiene varios significados, pero acá se refiere a la misión de una organización, de una “escuela”. Yendo al diccionario vemos:
“La misión de una organización se define como la razón principal por la cual esta existe, es decir, cuál es su propósito u objetivo y cuál es su función dentro de la sociedad”.
Tenemos aquí otra respuesta de por qué necesitamos una “escuela”
Porque la misión de esta escuela, la razón principal de su existencia, su “objeto” u objetivo es “formar justicialistas”. ¿Se puede “formar” justicialistas sin escuela?
“Objeto” es también una palabra que tiene varios significados, pero Perón la usa habitualmente en su significación de “objetivo”, de “finalidad”, tomando su acepción militar: “blanco para ejercitarse en el tiro. Punto o zona que se pretende alcanzar u ocupar como resultado de una operación militar”.
Perón nos dice formar “justicialistas”. ¿Por qué no dice formar “peronistas”? Porque el justicialismo es sinónimo de “doctrina peronista”, de nuestra causa, de nuestro ideal, de nuestro proyecto político y “el peronismo” fue la primera y principal “realización” de esa doctrina. Puede y ojalá haya otras iguales o mejores “realizaciones” del “justicialismo” en nuestro país o en el mundo…
“Nosotros pensamos que entre esos dos extremos (liberalismos y autoritarismos) existe una tercera posición más estable y permanente, y sobre esa tercera posición hemos conformado toda nuestra doctrina, cuyos principios constituyen el Justicialismo y cuya realización ejecuta el Peronismo” (Perón, 01-12-1952).
Está hablando de “formar” compañeras y compañeros y ciudadanas y ciudadanos en la doctrina peronista para después poder “realizarla”. Porque nadie realiza lo que no conoce…
Algo absolutamente lógico y elemental y lamentablemente desconocido u olvidado actualmente por muchos sectores políticos. Se pretende tener buenos políticos sin “formarlos”. Como si pretendiéramos médicos, abogados, ingenieros, etc. etc. sin que vayan a la universidad… Olvidando también que un mal político mata mucha más gente que un falso médico,
abogado, ingeniero, etc.

1.3.- Porque debemos exaltar los valores peronistas.
–La segunda misión, exaltar los valores peronistas para servir de la mejor manera a la doctrina justicialista”.
Yendo al diccionario, los valores representan las creencias y los principios que rigen a una organización, lo que permite orientar las pautas de acción y la conducta de las personas que trabajan dentro de la organización. Representan los principios éticos que sustentan el accionar de los integrantes de la organización.
Perón le atribuye excepcional importancia a los valores y especialmente a los valores morales.
“La conducción debe estar en manos de hombres de un perfecto equilibrio. Napoleón lo definía como un perfecto cuadrado: los valores morales son la base; los intelectuales, la altura” (Conducción Política)
“En la conducción no son sólo los valores materiales los que cuentan, y no es sólo la inteligencia del individuo la que actúa. Actúan también sus sentimientos, sus valores morales, sus virtudes. Un hombre sin virtudes no debe conducir, y no puede conducir, aunque quiera o aunque deba”.

2.- ¿PARA QUÉ UNA ESCUELA?

Por eso, la Escuela Superior Peronista, que será una escuela que ha de cumplir cuatro funciones fundamentales, permitirá la realización de ciclos completos, desde la concepción, hasta la realización terminal.
La palabra “función” también expresa múltiples significados y como Perón tiene una alta precisión en el uso de las palabras recurrimos de nuevo al diccionario y vemos que función acá significa: tarea que corresponde realizar a una institución o entidad (escuela), o a sus órganos o personas (que participan de la escuela).
Además, no se trata de ir a escuchar “conferencias”.
Se trata de una tarea “fundamental”. ¿Por qué fundamental? Porque la escuela debe permitir la realización de ciclos completos. Y ¿qué son ciclos completos? ¿Escuchar una charla o conferencia e irse a su casa?
Un ciclo completo va de “la concepción” hasta “la realización terminal”.
Entramos nuevamente ante la precisión de términos en Perón. Acá “concepción” no se refiere a la concepción biológica de cualquier mujer o hembra, aunque recoja la idea de “principio”, “comienzo”. Se refiere a la tarea inicial de una “escuela”: forjar, elaborar intelectualmente una idea, opinión o proyecto. Pero no para quedarse en “la idea”, en “la teoría, sino para “realizarla”. Para “realizar” la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Nación.
Y para esa “tarea” hace falta una “escuela”.

2.1.- Para cumplir cuatro funciones.
La escuela y la doctrina.
—Para ello, en primer lugar, es función y es misión fundamental de la Escuela el desarrollar y mantener al día la doctrina.
—En segundo término, es su misión inculcarla y unificarla en la masa.
—En tercer lugar, debe formar los cuadros justicialistas.
—Y en cuarto lugar, debe capacitar la conducción. Vale decir, trabajar para la formación de los conductores del Movimiento.
Estas cuatro misiones, difíciles en sí, porque desarrollar y mantener al día la doctrina, como inculcarla y unificarla, como formar los cuadros y como formar los conductores, son funciones de largo alcance, de extremada dificultad y de un trabajo permanente en la vida constante, no sólo del organismo sino de toda la esfera de acción que su enseñanza alcanza. Por esa razón, señores, he querido presentar y hacer una rápida exégesis de cada una de estas funciones.

Primera: desarrollar y mantener al día la doctrina.

Decimos desarrollar y mantener al día. Desarrollar: nosotros hemos concebido una doctrina y la hemos ejecutado, y después la hemos escrito y la hemos presentado a la consideración de todos los argentinos. Pero esa doctrina no está suficientemente desarrollada. Es sólo el enunciado, en forma sintética, del contenido integral de la doctrina. Será función de cada uno de los justicialistas argentinos, a lo largo del tiempo, ir poniendo su colaboración permanente hasta desarrollar el último detalle de esa doctrina, para presentar también, finalmente, una doctrina más sintética que la nuestra, más completa que la nuestra.

Sólo los grandes principios son eternos…
Por esa razón, desarrollar la doctrina será función de la escuela, será función de los profesores y será función de los alumnos, a medida que la capacidad vaya dando a cada uno las armas necesarias para profundizar y analizar los nuevos aspectos de nuestra propia doctrina. Será también función el mantenerla al día.
Las doctrinas no son eternas sino en sus grandes principios, pero es necesario ir adaptándolas a los tiempos, al progreso y a las nuevas necesidades.
Y ello influye en la propia doctrina, porque una verdad que hoy nos parece incontrovertible, quizá dentro de pocos años resulte una cosa totalmente fuera de lugar, fuera de tiempo y fuera de circunstancias.

Profundización y adaptación de la doctrina.
Por eso será necesario no solamente desarrollarla, sino también que en esta escuela se sienten las bases necesarias para ir profundizándola y ajustándola a la marcha del tiempo. Si no, una doctrina que hoy puede ser excelente podrá resultar un anacronismo dentro de pocos años, a fuerza de no evolucionar y de no adaptarse a las nuevas necesidades.
Por eso hemos puesto, como primera tarea para la Escuela, el desarrollarla, para terminarla y, después, mantenerla al día para adaptarla a la evolución.

Segunda: inculcar y unificar la doctrina en la masa.

La palabra “inculcar” no es habitual en nuestro léxico actual. ¿Qué significa?
Grabar una idea o un sentimiento en la mente de una persona. Imbuir
Apretar una cosa contra otra.
Tener empeño en conseguir una cosa. Obstinarse
Sinónimos de inculcar: imbuir, infiltrar, infundir, insistir, inspirar, introducir

«La capacitación doctrinaria no se enseña, se inculca, vale decir, no va solamente dirigida al conocimiento sino también al alma de los individuos» (Perón, 21-10-1952).

Inculcar la doctrina en las masas
Decía que la segunda función que yo asigno a la Escuela era inculcar nuestra doctrina y unificarla en la masa. Las doctrinas, básicamente, no son cosas susceptibles sólo de enseñar, porque el saber una doctrina no representa gran avance sobre el no saberla. Lo importante de las doctrinas es inculcarlas. Vale decir, que no es suficiente conocer la doctrina: lo fundamental es sentirla, y lo más importante es amarla.
Es decir, no solamente tener el conocimiento. Tampoco es suficiente tener el sentimiento, sino que es menester tener una mística, que es la verdadera fuerza motriz que impulsa a la realización y al sacrificio para esa realización.
Las doctrinas, sin esas condiciones en quienes las practican, no tienen absolutamente ningún valor.

No sólo deben formarse eruditos, sino también apóstoles de la doctrina.
Si esta escuela se conformara con dictar clases de nuestra doctrina, con enseñarla en su concepción, no cumpliría con su misión; indudablemente, eso sería cumplir, quizá, pero cumplir a medias. La función de esta escuela no es sólo de erudición, no es solamente la de formar eruditos, sino la de formar apóstoles de nuestra doctrina. Por esa razón, yo no digo enseñar la doctrina: digo inculcar la doctrina, entre las funciones de la Escuela Superior Peronista. Y además de inculcarla, unificarla.

Por su importancia para Perón y para nuestro Movimiento Nacional Peronista, en el próximo encuentro compartiremos las otras dos “funciones” atribuidas a la Escuela Superior Peronista y “el funcionamiento” de la misma:
—En tercer lugar, debe formar los cuadros justicialistas.
—Y en cuarto lugar, debe capacitar la conducción. Vale decir, trabajar para la formación de los conductores del Movimiento.
Tareas ambas, demasiado olvidadas, desde hace demasiado tiempo, en nuestro Movimiento Nacional Peronista…

 

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