La Escuela Superior Peronista – Curso de introducción a la Conducción…
…Política Peronista.
Por Antonio Rougier
Octubre 14, 2022
5.- ORGANISMOS (ORGANIZACIÓN) DE LA CONDUCCIÓN.
LOS ÓRGANOS (ELEMENTOS) CONSTITUTIVOS DE LA CONDUCCIÓN, el orden de la organización de las acciones, su desarrollo permanentemente organizado.
PROGRAMA.
5.1.- El conductor: su acción directa e indirecta en la conducción.
5.2.- Los auxiliares de la conducción.
5.3.-Elementos auxiliares de la conducción: la información, el encuadre del conjunto en la acción, la disposición y el control.
5.4.- La transmisión: los medios técnicos y la acción personal.
5.5.- La ejecución: unidad de acción, amplitud de acción y continuidad de la acción.
5.6.- Control superior y multilateral.
INTRODUCCIÓN:
Seguimos con “la bolilla” o capítulo 5 de Conducción Política. Vamos a repetir la síntesis de la introducción de la nota anterior, aunque quizá su lectura completa ayude a la comprensión de lo que hoy compartimos.
Se trataría del análisis y consideración del siguiente proceso “activo”:
Un conductor que una vez analizada una situación toma una decisión, que transmite a los auxiliares de la conducción, utilizando los elementes auxiliares de la conducción (la información, el encuadre del conjunto en la acción, la disposición y el control).
Luego se transmite esa decisión al conjunto del Pueblo por medios técnicos y por la acción personal de la conducción y de los auxiliares de la conducción.
Luego se ejecuta con unidad, amplitud y continuidad de acción.
Para finalmente realizar un control superior y multilateral sobre lo realizado y sobre ese control reiniciar el ciclo de: situación, análisis de la situación, resolución, ejecución y control.
Seguimos entonces con la segunda parte, compartiendo dos distinciones necesarias que hace Perón:
A.- Los actos políticos: el gobierno y la lucha comicial.
B.- El gobierno por un lado y la política por otro.
Y también el tema:
5.1.- El Conductor: su acción directa e indirecta en la conducción.
- —ELEMENTOS DE LA CONDUCCIÓN
DISTINCIONES NECESARIAS:
A.- Los actos políticos: el gobierno y la lucha comicial.
El tiempo, que nos dijo que para ganar elecciones no se necesita organización, nos dijo, después, que para gobernar es imposible hacerlo sin tener una organización, porque el gobierno es un acto cualitativo.
Ahí se necesita seleccionar a los hombres.
Y hemos pagado caro, en el peronismo, el no haber estado organizados y no haber seleccionado a los hombres con que hemos actuado.
De manera que, bien apreciada, ésa debe ser una pauta que nos presenta la clase de conducción y el valor de la conducción en cada uno de los actos políticos en que actuamos nosotros, considerando como actos políticos el gobierno y la lucha comicial.
En este sentido la conducción tiene aspectos sumamente diversificados, a muchos de los cuales uno les asigna coeficientes exagerados.
Lo decisivo es que aunemos todos los coeficientes de acción efectiva y los conduzcamos bien.
Eso es lo único que la conducción puede hacer dentro de la política.
Los demás son resortes de otra naturaleza, administrativos o de gobierno, pero no de la política.
B.- El gobierno por un lado y la política por otro.
Y esto divide el otro sector en que actúa la política: el gobierno por un lado y la política por otro. Ni los del gobierno haciendo la política ni los de la política haciendo el gobierno.
Este es otro de los factores fundamentales de la conducción: no embarullar los tópicos, cada uno en su función.
Y nada de cada uno fuera de su función, ni en la del vecino.
Por esa razón, al establecer nosotros las bases para la conducción, debemos fijar claramente esos cuatro aspectos.
El que conduce la política actúa en lo estratégico y en lo táctico. El que gobierna, por un lado, y el que conduce la política, por otro.
Por eso, mientras he estado en el gobierno no he querido tomar la dirección de la política y he creado el Consejo Superior Peronista, que es quien conduce.
Nadie podrá decir que estando yo en el gobierno he dicho: «Quiero que fulano de tal sea tal cosa».
¡No! A mí me vienen a preguntar —y me lo preguntan todos los días—: «¿Quién es su candidato?»
Yo, invariablemente, contesto lo mismo: «El que elija el pueblo. Ese es mi candidato»
Flaco servicio haría si yo me pusiera a digitar quiénes han de ser los hombres que deben actuar en cada parte.
Empezaría por demostrar que faltaba a la verdad cuando decía que cada peronista lleva el bastón de mariscal en su mochila.
Será el pueblo quien los elija, si tienen las condiciones morales necesarias para actuar en la función pública.
QUE DECIDA EL PUEBLO
Yo puedo decir: «Ese no debe ser, porque no tiene condiciones morales para serlo» Pero si el pueblo lo decide, yo le diré al pueblo: «Este hombre tiene tales condiciones que no convienen». Pero si él no renuncia o el pueblo no lo renuncia, yo tampoco lo voy a renunciar.
Mientras nosotros mantengamos bien dividido eso, no habrá motivos de fricción dentro del movimiento peronista.
Los que gobiernan, los que conducen la política, los que la conducen en el campo estratégico y los que la conducen en el campo táctico deben empujar desde el puesto que les ha correspondido y al que tienen derecho, y empujar lealmente y corriendo ligero, pero no haciéndole zancadillas al que corre al lado para hacerlo caer y ganar él.
No; con formas lícitas, cada uno en su andarivel, como decimos los que hemos hecho atletismo, sin molestar a los costados.
Si la conducción se realiza en esta forma, todo se facilita, absolutamente todo.
El que conduce en grande vive en Jauja, porque no tiene problemas con los hombres, ya que los problemas de las cosas se solucionan inmediatamente. Siempre es lo mismo. El hombre lo complica todo.
La naturaleza es maravillosa si el hombre no la echa a perder, algunas veces.
Todo esto, que conforma una técnica general para la conducción, está basado en no interferir en esos cuatro aspectos a que me he referido.
HAY QUE EVITAR INTERFERENCIAS
Esto lo debemos fijar profundamente en todo el movimiento peronista.
Si ustedes echan una mirada al panorama, se darán cuenta de que todos los inconvenientes que tenemos surgen de eso.
El que está arriba se mete en lo de abajo, o el de abajo se mete en lo de arriba o en lo de al lado; el que está en el gobierno se mete en la política, y el que está en la política se mete en el gobierno.
Esta es una acción de conjunto que manejamos de acuerdo respetando en cada caso lo que hay que respetar.
Si yo me metiese en la conducción de detalles de cada provincia o territorio, cometería muchos desaguisados.
LA CAPACITACIÓN INTEGRAL
Nosotros hemos creado una organización que permite que la política esté conducida de acuerdo con el gobierno, porque no podemos dividirla en forma absoluta, ya que el gobierno es parte de esa política y la política es parte de ese gobierno; pero cada uno en lo suyo.
Cada uno en su conducción y todos de acuerdo.
Claro está que esto es más fácil decirlo que hacerlo. Pero con la práctica y el respeto de esas grandes directivas llegaremos a ejecutarlas mecánicamente, sin que nadie imagine siquiera que se puede hacer lo que no debe.
Si cada uno entra en esta acción, con la prédica de unos cuantos años —por ejemplo veinte—, tendremos educada a la masa, a los dirigentes y a los conductores.
5.1.- El Conductor: su acción directa e indirecta en la conducción.
«De esta misma acción surge que el conductor es el elemento primordial, porque tiene una acción directa y otra indirecta en la conducción. La acción directa es la que él realiza y la indirecta es la que sugiere, con su propio procedimiento, al resto de las conducciones locales, a las demás conducciones»;.
Por otra parte, de esa conducción superior es de donde sale la doctrina.
La doctrina no puede salir de otra parte, y es la influencia de esa doctrina la que va preparando los métodos y sistemas de acción en la conducción táctica de toda la política.
LA RESPONSABILIDAD DE LA CONDUCCIÓN
Esa acción directa e indirecta del conductor, su ejemplo, sus virtudes, sus defectos, sus métodos, sus sistemas, trascienden todos hasta el último escalón de la masa.
«De tal palo tal astilla».
Como él sea, será la masa.
Sus virtudes las cosechará en los hechos y sus defectos los sufrirá también en los propios hechos. Esto es sumamente importante.
Por eso, uno debe tratar, aunque no sea nada, de serlo todo, si tiene la responsabilidad de la conducción.
LA ELEVACIÓN CULTURAL DE LA MASA
Indudablemente que eso se facilita extraordinariamente con la difusión, el perfeccionamiento y la elevación del nivel cívico y cultural de la masa.
Es más comprensible, más fácil y todo se sistematiza mejor cuando hay una alta comprensión y ésta viene con la elevación del nivel cultural.
De ahí que yo crea que el peronismo tiene una función esencial que realizar dentro del pueblo argentino: ir elevando la cultura política, la cultura cívica del pueblo.
Sin eso estaremos siempre expuestos a que nos saquen la masa, engañándola; pero si le enseñamos a la masa a discernir por sí, a apreciar por sí, a comprender por sí, entonces estamos seguros de que no la volverán a engañar nunca más.
Y no engañada, no podrá irse con los que tienen la mala intención, sino que irá con los que tienen la buena intención.
CADA CONDUCTOR CREA SU INSTRUMENTO
Eso será a la vez el reaseguro del peronismo, para que nunca estemos tentados de tener una mala intención, para que seamos siempre instrumentos del pueblo y no lleguemos jamás a hacer del pueblo un instrumento nuestro.
Por esa razón, al hablar del conductor es necesario decir que forma sus fuerzas, las organiza, las instruye, las prepara y las conduce. De lo contrario, no es conductor.
Cada conductor crea su instrumento, como cualquiera que debe realizar un trabajo.
Nadie lo puede hacer en su lugar, de manera que él tenga algo que agradecer.
Si no lo hace él personalmente, con sacrificio de todos los días, con la prédica constante y permanente, con el ejemplo, si él no se empeña con todas sus fuerzas y con toda su vida —y la vida de un hombre es demasiado corta para hacerlo todo— no podrá conducir bien.
Por esa razón, creo —y lo he sostenido siempre— que el genio es trabajo. Nada puede realizarse por inspiración de nada, sino por la prédica constante y permanente, por la continuidad extraordinaria del esfuerzo.
Solamente así se podrán vencer las malas inclinaciones, a las cuales es siempre más propensa la gente, que a las buenas.
NO MUCHO, PERO BUENO
De manera que todo eso está sobre los hombros de uno. Es necesario ir arbitrando los medios para realizarlo, pensando que a los pueblos no se les puede dar eso por bolsas; hay también dosificación.
No es suficiente con que el pueblo engulla; es necesario que asimile, y hay que hacerlo de manera que el pueblo asimile.
No hay que hacerlo en la medida de lo que uno puede decir o enseñar, sino en la medida en que el pueblo aprende, dándole suficiente para que asimile. No mucho; poco pero bueno.
Esta prédica de la doctrina, desarrollada paulatinamente, ha de ser convenientemente dosificada.
Nosotros podemos estar contentos con los resultados que, hemos obtenido con nuestra prédica. ¡Hasta nuestros propios adversarios están hablando en peronista desde sus propias tribunas!
Quiere decir que nuestra doctrina no sólo ha entrado en los peronistas, sino también en los contrarios.
Para ampliar:
http://www.escuelasuperiorperonista.com/
https://www.youtube.com/channel/UCJ0XmTYUvT5-K8hZ6zQ15Ig/playlists

