La Escuela Superior Peronista – Curso de introducción a la Conducción…
…Política Peronista.
Por Antonio Rougier
Septiembre 9, 2022
CURSO SOBRE INTRODUCCIÓN A LA CONDUCCIÓN POLÍTICA PERONISTA
ELEVACIÓN DE LA CULTURA CÍVICA Y SOCIAL DEL PUEBLO.
Consciente de la importancia que Perón atribuye a la formación de la militancia, de las y los dirigentes y del conjunto del Pueblo para la realización de su proyecto político hacemos un apartado en nuestro análisis de Conducción Política para ampliar un poco el tema con el objetivo de aportar
más elementos a su comprensión cabal para que también nosotros lo practiquemos siempre.
Unidad de concepción y de acción
Sin embargo, todas las dificultades están precisamente en esa falta de doctrina común de los argentinos, como consecuencia de que se ha tomado la conducción de la Nación basándose en las apetencias y en los sentidos de los hombres y no en los ideales de la nacionalidad y en las altas formas patrióticas de conducción y de realización por el Estado y para la Nación misma.
Ese enfoque hay que cambiarlo.
No debemos hacer lo que nos conviene a nosotros sino lo que conviene a todos, lo que conviene al Estado, no a cada uno indistinto e incívicamente. Por eso cuando hablo de la moderna conducción, hablo de la necesidad primaria de organizarse para actuar con unidad de concepción que nace de la doctrina y de la común unidad de acción, que nace de la unidad de concepción. Sin esto, todas son dificultades para la conducción.
Hacia la cultura cívica, social y general de la masa
Para alcanzar eso, debemos llevar un cierto grado de cultura cívica, social y general a la masa. Con un pueblo de ignorantes y de analfabetos, este tipo de conducción es sumamente difícil. Por eso, mientras antes se decía: “Hay que educar al soberano”, y todo el mundo le daba vino y empanadas, nosotros decimos: “Hay que elevar la cultura del pueblo”, y nos ponemos a trabajar para hacerlo.
«Nuestra conducción, tal cual la queremos nosotros, no puede realizarse bien hasta que ese grado de cultura no haya saturado a toda la población. Cuando ese grado de cultura, que es a la vez de sentido y de sentimiento, se haya desarrollado, nuestra conducción será sumamente fácil. Bastará difundir lo que sea conveniente para la Nación, y en eso estaremos todos de acuerdo. Nadie discutirá ya sobre los beneficios de la independencia económica, de la justicia social o de la soberanía de la Nación. Eso es, en parte, falta de cultura para los que no la comprenden, y falta de educación de sus propios sentimientos, para los que entienden demasiado, pero no quieren sacrificar nada de sí en beneficio del conjunto de la Nación. Por eso digo que para conducir es
indispensable alcanzar ese grado de cultura al que nosotros aspiramos»
.
Preparación de la masa.
Lo primero que hay que hacer es despertar en la masa el sentido de la conducción. Los hombres se conducen mejor cuando quieren y están preparados para ser conducidos. Es muy difícil conducir una masa que no está preparada; y esa preparación es de dos órdenes: una preparación moral para
que sienta el deseo y la necesidad de ser conducida; y otra intelectual para que sepa ser conducida y ponga de su parte lo que necesite para que la conducción sea más perfecta. El último hombre que es conducido en esa masa tiene también una acción en la conducción. Él no es solamente conducido; también se conduce a sí mismo. Él también es un conductor, ¡un conductor de
sí mismo!
Una masa de conductores.
Si conseguimos una masa de conductores, imagínense qué fácil será la conducción. Estos elementos de la conducción son la base de toda la conducción. Es imposible conducir cuando no existe en estos elementos el sentido de la conducción.
Peligros de la masa ignorante.
Algunos creen que una masa se conduce mejor cuando más ignorante sea. Es teoría también de algunos conductores políticos. Cuanto más ignorante, mejor –piensan–, porque ellos la conducen según sus apetitos. Los apetitos propios de una masa de ignorantes son malos consejeros para la conducción, porque los apetitos están en contra de la función básica de la conducción: que sea una
masa disciplinada, inteligente, obediente y con iniciativa propia.
Esa es la masa ideal para conducir, es la masa fácil, la que se conduce sola, porque hay momentos que pierde la acción del conductor, que “se va de la mano del conductor”, y en esos momentos debe conducirse sola.
La masa inorgánica, causa de cataclismos políticos.
Ese es, en política, un fenómeno que sucede todos los días. Cuando una masa no tiene sentido de la conducción y uno la deja de la mano, no es capaz de seguir sola, y se producen los grandes cataclismos políticos. Así fue la revolución del 6 de septiembre. La masa misma se alzó contra su propio conductor y lo echó abajo. Era una masa inorgánica, que no estaba preparada para ser conducida. Eso trae graves trastornos.
Una causa permanente.
Muchos dicen: “El pueblo está hoy con uno y mañana con otro”. ¡Hay que preparar al pueblo para que esté con una causa permanente! ¡Si no tiene una causa, hay que crearla!…
Eficacia del adoctrinamiento peronista.
Nosotros tenemos ya el continente, y tenemos gran parte del contenido. ¿Por qué? Porque el continente ha cristalizado la organización integral de los elementos de la conducción. Este acto de la creación de la Escuela Superior Peronista, como así también de los Ateneos, de las Unidades Básicas, como también los elementos culturales que ya están dentro del partido, todo eso ya
no está trabajando sobre el continente, sino que está trabajando sobre el contenido. Y esto tenemos que llevarlo hasta la última célula partidaria, educando al último hombre que obedezca a nuestra doctrina y que vaya en nuestra conducción. Cuando lo hayamos obtenido, podremos decir: “¡Ahora
tenemos los elementos básicos de la conducción!”
Interpenetración de masa y conductor.
En esto, como en todo lo demás, se comienza a construir desde abajo y nunca desde arriba. Es inútil dar a una masa inorgánica y anárquica un conductor. Lo van a colgar. Primero hay que formar esa masa. Sobre ella edificar y, al final, en el vértice de la pirámide, ahí va a estar el conductor, y esa masa lo va a llevar al conductor cuando el conductor no pueda llevarla a ella, porque la
conducción no se hace sólo por medio del conductor.
El ejemplo napoleónico.
Los triunfos de Napoleón no se deben sólo a él. Cuando él no pudo, fue su gran ejército el que lo llevó. ¡Cuántas veces dijo que se sentía llevado por su ejército!…
LA EVOLUCIÓN SOCIAL HACIA LA COMUNIDAD ORGANIZADA PERONISTA.
(DE SOCIOLOGÍA PERONISTA)
La Revolución Peronista cambia el rumbo de la evolución social de la comunidad argentina e inicia la marcha hacia la formación de la Comunidad Organizada a través de la conquista sucesiva de cuatro etapas:
–Cultura social;
–Conciencia social;
–Solidaridad social;
–Unidad Nacional.
Lo aclara perfectamente el General Perón cuando nos dice que: «el camino a recorrer, alcanzando objetivo tras objetivo, escalonaría perfectamente bien el sentido de esa solidaridad. Primero despertar en las masas populares una conciencia social, incrementarla y darle una mística personal hasta convertirla en solidaridad social, que ha de terminar en una solidaridad nacional, única
solidaridad a través de la cual podemos llegar a la verdadera unidad nacional” (17/IV/1953).
a.- Elevar la “cultura cívica, social” entendiendo por tal el cultivo de lo que el
hombre tiene en sí de ser social y las cualidades sociales de las mujeres y los
hombres.
“Nuestra función de dirigentes está destinada a ir elevando la cultura cívica y social de la Nación.”
“Para conducir es indispensable alcanzar ese grado de cultura al que nosotros aspiramos”.
b.- Acrecentar la “conciencia colectiva o social” que siendo fruto de “la cultura social” le permite ver claramente la relación de dependencia recíproca que existe entre todos los individuos que constituyen una comunidad de personas, de la comunidad barrial, provincial y nacional.
Un hombre con conciencia social comprenderá que no está aislado dentro de la comunidad, y que sus actos no le conciernen a él exclusivamente, sino también a todos los demás que forman parte de la misma comunidad.
c.- Promover la “personalidad social” como el sello característico, la modalidad propia que tiene cada persona, nuestro barrio, ciudad o país. Ese estilo de vida particular que lo distingue de todos los demás.
«El mantenimiento de esa personalidad, de esa individualidad que hace destacarle entre todos los demás, exige el renunciamiento de los afanes individuales de los hombres y una veneración a ese algo inmaterial, impalpable y prodigioso que constituye como el genio tutelar de cada Pueblo»
“Tenemos la aspiración de transformar esa masa «mutum et unane pecus” (mudo y torpe rebaño); como decían los romanos, en una organización con una conciencia social y personalidad social”.
d.- Lograr “organización social”: la suficiente unidad en las ideas para poder tener unidad en la acción a fin lograr por nuestros propios medios los fines que nos proponemos, en especial la felicidad del Pueblo y la Grandeza de la Nación.
e.- Fomentar y realizar “la solidaridad social” que va dirigida al sentimiento, al corazón de los hombres. Un hombre será solidario socialmente cuando sienta y actúe de tal modo que sus obras se realicen antes que para su propio bien, para el bien de sus semejantes y de la comunidad.
f.- Buscar siempre y en todo “la unidad nacional”: Se puede hablar de solidaridad familiar, solidaridad sindical, solidaridad popular, etc., Pero para lograr la Felicidad del Pueblo y la Grandeza de la Nación se requiere un mayor grado de solidaridad, de tal manera que abarque a toda la comunidad nacional. Este grado máximo de solidaridad que abarca a todos, es la solidaridad nacional, que es la única solidaridad que hace posible consolidar la verdadera unidad Nacional.
EVITA LO DICE DE OTRA MANERA EN HISTORIA DEL PERONISMO:
Masas humanas que tratan de convertirse en pueblos
Por eso voy a remitirme un poco a la historia universal para hacer una comparación de las esperanzas, de las inquietudes y de los afanes de grandes pueblos en busca de su propia felicidad.
La historia de los pueblos no es más que la larga enumeración de los esfuerzos con que las masas humanas tratan de convertirse en pueblos.
Este punto merece una aclaración especial, puesto que yo tengo un punto de vista con el cual creo que todos ustedes coinciden, en cuanto a la distinción entre masa y pueblo.
Los pueblos: masas con conciencia social
El hombre civilizado se diferencia del hombre salvaje en una sola cosa fundamental: el hombre salvaje no tiene conciencia de su dignidad de hombre; es como si no tuviese alma humana; no tiene personalidad. El hombre civilizado tiene conciencia de su dignidad, sabe que tiene un alma superior y, sobre todas las cosas, se siente hombre. La misma relación podemos establecer entre la masa y el pueblo.
Las masas no tienen conciencia colectiva, conciencia social; los pueblos son, en cambio, masas que han adquirido conciencia social. Es como si los pueblos tuviesen alma, y por eso mismo sienten y piensan, es decir, tienen personalidad social y organización social.
Diferencias fundamentales entre masa y pueblo
Yo podría hacer una diferenciación fundamental, ante ustedes, de lo que es
masa y de lo que es pueblo, como lo he dicho anteriormente.
Masa:
1°) sin conciencia colectiva o social;
2°) sin personalidad social; y
3°) sin organización social. Esto es, para mí, masa.
Pueblo:
1º) con conciencia colectiva y social;
2°) con personalidad social; y
3°) con organización social.
Diferencias secundarias
Podríamos ofrecer una enumeración de diferencias secundarias. La masa casi siempre se expresa en forma violenta. Por ejemplo: la revolución francesa y la revolución rusa de 1917, que luego estudiaremos. La masa está formada por los explotados. La masa no tiene conciencia de
su unidad. Por eso es dominada fácilmente por los explotadores. Y eso se explica muy fácilmente. Si tuviera conciencia de su unidad, de su personalidad social y de su organización social, una minoría no podría haber explotado a la masa, como han sido explotados y lo siguen siendo muchos pueblos en la humanidad.
Conseguir la gran dignidad de llamarse pueblo.
La Revolución de Mayo, la revolución americana en general y otras revoluciones también demuestran lo que son pueblos con conciencia y personalidad.
El pueblo está constituido por hombres libres; el pueblo tiene conciencia de su unidad, por eso es invencible y no puede ser explotado cuando es pueblo.
En el pueblo todos tienen iguales privilegios; por eso no hay privilegiados.
Todo movimiento que aspire a hacer la felicidad de los hombres debe tratar de que éstos constituyan un verdadero pueblo. Esa es la historia de los pueblos, en cuyo largo camino las masas han luchado por alcanzar la gran dignidad de llamarse pueblos.
Para ampliar: www.escuelasuperiorperonista.com