LA ESCUELA SUPERIOR PERONISTA – CURSO DE INTRODUCCIÓN A LA…

VisiónPaís/ enero 27, 2023/ Sin categoría

…CONDUCCIÓN POLÍTICA PERONISTA.

Por Antonio Rougier

Enero 27, 2023

PARTE II LA MÉDULA MISMA DE TODA LA PARTE DE LA CONDUCCIÓN.
6.- LA CONDUCCIÓN, PARTE TEÓRICA: EL CONDUCTOR, LA TEORÍA, LAS FORMAS DE
EJECUCIÓN
6.2.- LA TEORÍA: PARTE INERTE DEL ARTE DE LA CONDUCCIÓN. SUS GRANDES PRINCIPIOS.
6.2.3.- Disciplina partidaria, obediencia, iniciativa.
Nota: Para aportar a la comprensión de este “principio de la conducción política”, no conozco nada
mejor que, la explicación del mismo Perón el 01-12-1947 ante los delegados del Partido Peronista.
Comparto sólo un párrafo que me parece esencial, pero es muy importante repasar todo ese discurso
en: https://www.escuelasuperiorperonista.com/doc/ORGANIZACION1947.pdf
– ¿Qué es la disciplina política?
Cada hombre o mujer, aun dentro de la masa, obra individualmente, porque es una disciplina confiada
a su conciencia y no a la voluntad de uno que manda y que dirige todos los actos.
–El militar sale con su tropa y llega al objetivo con ésta, todo en conjunto y a la voz de mando algunas
veces.
–El político está librado a sus propios pensamientos y a sus propias reflexiones.
Él sólo tiene un punto de partida común y de un objetivo a donde debe llegar, y él elige su camino.
Él marcha por distintos caminos y de distintas maneras, individualmente, a su libre albedrío, y si no le
gusta se vuelve.
Él marcha con una sola condición: no perturbar a los que marchan con él y llegar simultáneamente al
objetivo que se ha fijado por su propia voluntad en el momento en que es preciso que llegue.

6.2.3.- Disciplina partidaria, obediencia, iniciativa.

A.- DISCIPLINA PARTIDARIA Y OBEDIENCIA.

a.- La obediencia y la disciplina partidarias.
Es indudable que con esto nosotros ya damos –más o menos– por mencionado este tópico tan
importante de la conducción. Y que inmediatamente debemos poner detrás de él los medios que lo
sirvan especialmente, o sea la obediencia partidaria y la disciplina partidaria. Porque cuando se habla
de unidad de acción, para asegurarla, el conductor puede hacer la mitad; la otra mitad debe ser hecha
por los conducidos.

b.- Su importancia.
Y entonces, es inútil que un conductor asegure la unidad de la acción, mediante su propia conducción,
si en la ejecución de los hechos mismos hay fuerza de distorsión dentro del panorama orgánico de
ejecución, que le destruyen la mitad de su trabajo.
De manera que la obediencia partidaria y la disciplina partidaria son dos de las grandes formas
indispensables para la conducción.
Vale decir, para que la idea del conductor que conduce una unidad de acción basada en su unidad de
concepción sea ejecutable, ha de mediar en la masa organizada la obediencia para marchar sobre el
objetivo, y la disciplina para no pelearse en el camino. Eso es todo.

c.- Inculcar y realizar la disciplina, “más bien haciendo que diciendo”.
Pero ¿cómo hace?
Porque es muy fácil hablar de la obediencia y de la disciplina, pero es muy difícil inculcarlas y
realizarlas.
¿Quién no va a estar de acuerdo con que hay que obedecer?
Pero, ¿obedecen todos?
¿Quién no va a estar de acuerdo con que hay que tener una disciplina?
Pero ¿son todos disciplinados?
El hombre quiere que todos sean disciplinados… menos él.
Como quiere también que todos obedezcan, menos él.
Es propio de la naturaleza humana.
Es indudable que esto, más que nada, es toda una escuela que hay que formar. Es decir, no es
producto de saber, sino que es una cosa que hay que inculcar, que hay que enseñar, que hay que
llevar a la ejecución, más bien haciendo que diciendo.

d.- Requisito para ser obedecido.
Siempre digo yo que aprendí desde muy joven que debía ser obedecido y que debía ser respetado. Y
en eso no me puedo quejar.
Afortunadamente, siempre me han obedecido, y siempre me han respetado.
Para ser obedecido, nunca mandé nada que no se pudiera realizar. Primera cosa. Y siempre, cuando
mandé, traté de que lo que yo decía que se debiera hacer fuera una cosa lógica, y que el hombre o la
mujer la hiciera con placer, y no con violencia.

e.- Para ser respetado, respetar.
Y para ser respetado, hay un solo método: respetar.
Nadie es tan indigno y tan miserable que no merezca el respeto.
Si uno respeta a todos, aun quizás al que no lo merece, gana siempre el respeto de los demás.
De manera que esto es simple cuando uno lo ejecuta con esa elevada concepción del respeto, y esa
elevada concepción de la obediencia.
Si nosotros hacemos dentro de nuestro partido esa escuela, seremos siempre obedecidos, y seremos
obedecidos con placer; y si mantenemos ese respeto permanente, habrá siempre disciplina, la mejor
disciplina: la disciplina de fondo, la disciplina del respeto, que es la única disciplina que vale en la vida
de los hombres y mujeres.

f.- La obediencia y el mando. No hay disciplina que el hombre o la mujer no pueda cumplir.
Por eso, sobre todo, es indudable que podríamos hablar mucho. Yo soy, quizá, un técnico en
disciplina.
Cuarenta años he obedecido, y cuarenta años me he hecho obedecer.
De manera que algo debo de saber de la disciplina.
Por otra parte, la disciplina castrense es la disciplina más dura, más rígida y más insoportable. Sin
embargo, la naturaleza del hombre llega a soportarla hasta con placer, de manera que no hay
disciplina suficientemente rígida como para que el hombre o la mujer no la pueda respetar y no la
pueda cumplir.

g.- La disciplina política: una disciplina comprensiva.
La disciplina política no es la disciplina militar. No es la disciplina castrense, ni es la disciplina religiosa.
No es esa disciplina. Es una disciplina sui géneris; es otra disciplina, más bien amable; es una
disciplina comprensiva.
El hombre se subordina a la necesidad de conjunto viendo los móviles y los objetivos superiores;
cumple con placer un sacrificio en bien del conjunto.
Es toda una educación del espíritu de los hombres la disciplina política.
Cuando eso no se ha conseguido en la masa, es inútil pedirle disciplina.

h.- La disciplina por el cumplimiento.
Al hombre y a la mujer no hay que exigirle el cumplimiento de la disciplina; hay que exigirle la disciplina
por el cumplimiento.
Es decir, primero hay que enseñarle a cumplir, para lo cual hay que ponerle en el alma en marcha esa
necesidad; después, la disciplina viene sola.
Vale decir, que la disciplina política es distinta de todas las demás disciplinas, como que todos somos
soldados enrolados en un ejército que tiene que hacer una sola cosa, pero por voluntad propia, porque cuando la voluntad se fuerza, el hombre y la mujer deserta, y no hay pena ni castigo que le caiga bien
a un hombre o a una mujer que políticamente deserta de sus ideas, de su partido o de sus principios.

i.- La disciplina y el convencimiento: disciplina consciente y de corazón.
Es decir, es una disciplina por comprensión, por convencimiento, por persuasión, que vale en tanto el
hombre está convencido y que deja de valer el día que ese convencimiento se ha perdido.
Por esa razón hay que pensar mucho cuando se habla de disciplina política.
El hombre o la mujer no tienen que hacer nada en contra de la causa común, porque repugna a su
espíritu hacerlo, no porque esté obligado por las medidas disciplinarias que se puedan tomar contra él.
Hay que llevar a toda la organización esa disciplina consciente y de corazón, sin la cual la obediencia
va a ser siempre un mito entre nosotros.

j.- La disciplina de conjunto: base doctrinaria de la obediencia.
La obediencia también nace de esa disciplina de conjunto, nace de esa verdadera disciplina espiritual.
Se trata de disciplinar el alma de los hombres y de las mujeres, para lo cual lo que más necesita el
hombre o la mujer es una bandera a la cual sacrificar todas las demás cosas.
Cuando él sea capaz de eso, la disciplina se ha alcanzado, y la obediencia será un hecho permanente
en todos sus actos.
Eso, en política, es indispensable.
Por eso vemos “algunos sillazos” y todas esas cosas, y decimos: indisciplina.
Todo eso es lógico; comienzan porque uno piensa A y el otro B; unos piensan blanco y otros, negro.
Lo primero que hay que hacer es ponerse en marcha en la misma dirección, para no andar a los
encontronazos.
Es decir, que todo eso está viciado en su base, y cuando la base está mal, es inútil que uno quiera
bailar: le va a temblar el piso.
Lo primero que hay que asegurar es la base en la conducción.
Asegurando eso, todo lo demás marcha como sobre un carril, sin desviaciones ni distorsiones de
ninguna naturaleza.

k.- Se alcanza mediante la educación de la masa.
Lo que quiero decir, en conclusión, es que estas cosas son indispensables en la conducción política: la
disciplina y la obediencia.
Pero son difíciles de alcanzar, porque se alcanzan mediante la educación de la masa, y la educación
de la masa es lo más difícil y lo más largo; pero es lo que más debe entusiasmarnos, porque sin esa
educación de la masa, sin la formación de ella en esos sentimientos y en esos pensamientos, es inútil
que queramos conducir: será incongruente.
La tarea del conductor no sólo es llevar a la gente, sino persuadirla de que tiene que ir, y enseñarle
cómo tiene que ir.
Alcanzado eso, la conducción es fácil; no alcanzado eso, la conducción es imposible.

l.- Un alma colectiva.
Vale decir que el conductor no es sólo un artista que lleva; es también un maestro que forma, que
enseña, que va educando y que va conformando toda la organización, y toda organización presupone
dos cosas: la formación de todas las almas creando un alma colectiva que
–piense congruentemente y
–actúe congruentemente.
Después, el organismo, cuando tiene alma, marcha solo, pues el alma lo va llevando.
Son las almas las que llevan los cuerpos y no los cuerpos los que llevan las almas.
Yo quiero dar término a esto, porque en la próxima clase deseo tratar, con cierta extensión, todo lo
referente al principio de la economía de las fuerzas y a la continuidad de esfuerzos en la acción de la
conducción política.
Esto lo quiero tratar con cierta detención, porque el principio de economía de fuerzas es la médula
misma de toda la conducción política.

B.- INICIATIVA.
Nota: Perón no habla de la iniciativa en este apartado. Sí lo hace cuando habla de las cualidades del
conductor en la bolilla 6.1 al referirse a los valores intelectuales de esta manera:

h.- El conductor debe tener una gran iniciativa y capacidad de acción.
El conductor debe poseer una gran iniciativa y una gran capacidad de acción.
Uno de los defectos que más noto en la conducción, es que hay mucha gente que conduce y que no
tiene iniciativa; están aferrados a normas fijas.
Es más fácil hacer de acuerdo con la costumbre que pensar en hacerlo cada vez mejor. El hombre, la
mujer no solamente es haragán para trabajar materialmente, sino también para trabajar intelectualmente. Con tal de no pensar, se mueve por el camino ya abierto. Ese es un gravísimo
defecto en la conducción. Es un gravísimo defecto para todo conductor.

i.- El conductor ha de tener permanente iniciativa y la fuerza de los pequeños medios.
Cada conductor ha de tener permanentemente una iniciativa, y decimos nosotros que el conductor
político debe llevar una resolución adelantada en el bolsillo, porque los hechos se desencadenan con
una violencia y una rapidez tan grandes, que a menudo no hay tiempo de concebir o analizar los
efectos de una realización adversa.
Por eso la iniciativa juega un papel extraordinario.
Hay que estar siempre pensando en qué se puede hacer de nuevo; qué cosa va a dar resultado, por
pequeña que sea, porque las grandes cosas se componen siempre de pequeñas cositas. Esas
pequeñas cositas son las que no deben descuidarse. La iniciativa, que muchos olvidan, tiene una
fuerza tremenda.
Aprovechada la iniciativa del hombre y de la mujer, pueden darse éxitos extraordinarios a la
conducción.

j.- La fuerza de la mujer en la conducción y los pequeños medios.
Una de las grandes fuerzas de la mujer, en la conducción, es que ellas utilizan los pequeños medios,
que son tan poderosos, cosa que nosotros no hacemos porque somos hombres. ¡Ellas aprovechan
eso, y hay que ver la fuerza que tienen!
Ese ha de ser sin duda un factor de fuerza que nos trae la mujer a la política, un factor de
extraordinaria fuerza.

Para ampliar:
https://www.escuelasuperiorperonista.com/doc/1.0.CONDUCCIONTEMATICO.pdf
https://www.escuelasuperiorperonista.com/

 

 

Compartir esta entrada