LA ESCUELA SUPERIOR PERONISTA – CURSO DE INTRODUCCIÓN A LA…
…CONDUCCIÓN POLÍTICA PERONISTA.
Por Antonio Rougier
Mayo 12, 2023
CURSO DE INTRODUCCIÓN A LA CONDUCCIÓN
BOLILLA SIETE
“LA CONDUCCIÓN APLICADA”
CAPÍTULO X DE LA EDICIÓN DE 1974
Nota: Terminamos de compartir estas extraordinarias sugerencias y recomendaciones de Perón dirigidas
fundamentalmente a militantes y dirigentes y con ellas lo que fue la presentación personal de Perón de este texto, como
se dejó constancia en la Revista Mundo Peronista.
G.- EL ÉXITO, LOS FRACASOS, LA CAPACITACIÓN SIEMPRE POSIBLE Y LA
CONDUCCIÓN CIENTÍFICA Y RACIONAL.
a.- Un fracaso hace perder el valor de cuatro éxitos.
Desgraciado el político que lleva sus hombres y mujeres adelante; debe llevarlos detrás de él.
Vale decir, no debe empujar, lo deben seguir.
Si los tuviera que empujar, no le alcanzarían las manos; son muchos hombres y mujeres.
De manera que el proceso de la formación de un conductor es simplemente su punto de origen y su disciplina, su
conformación, su capacidad y su inteligencia, y la amalgama de todo esto, con una finalidad, es la conducción política,
difícil, por excelencia, donde un fracaso le hace perder a uno el valor de cuatro éxitos anteriores; y, en consecuencia, es
necesario andar con gran tiento para que no se le produzcan a uno muchos fracasos, porque muchos fracasos hacen al
final un fracaso definitivo y total.
b.- Formar el carácter de acuerdo al trabajo: el carácter se educa y se forma.
Conducir hombres y mujeres en la acción política presupone una modalidad que hay que formar. Hay algunos que
dicen: “Yo no tengo carácter para ser político: no me avengo a esta actividad”.
No es cierto; el carácter se educa, se forma.
Si no tiene carácter para ser político, no será conductor: será conducido; y si no tiene ese carácter, y quiere conducir,
tiene que formarlo, tiene que dominarlo.
Esa es una cuestión que no escapa a la posibilidad de ningún hombre o mujer: formar su carácter de acuerdo con la
necesidad de su trabajo, lo cual es una cosa elemental y fundamental.
c.- Un curso básico.
Señores: yo quisiera seguir hablando largamente sobre este tema.
En este año he querido hacer un curso lo suficientemente rudimentario como para que nos dé las bases para continuar
en los cursos sucesivos, en los que podremos desarrollar con mayor amplitud todos estos conceptos de una conducción
científica y racional.
d.- La conducción sólo puede ser científica y racional.
Lo único que he querido traer a estos cursos es la convicción o la persuasión de que no puede haber una conducción
de aficionados, con espíritu deportivo.
En este aspecto debe haber una conducción científica y profundamente racional.
Es una cosa demasiado seria para que sea realizada sólo en las horas de ocio.
Esto debe constituir una cosa que nos ponga a pensar y que nos obligue a estudiar.
Difícilmente que el hombre o la mujer realice solo con lo que la naturaleza le ha dado lo que debe realizar.
Debe contraerse al trabajo, reflexionar muy profundamente y estudiar muchas cosas que no conoce.
Cuando más haya profundizado esas cosas, mejor comienza a penetrarlas.
Y como en la conducción no es cuestión de aprender, sino de comprender, es en la profundidad de ese análisis cuando
uno llega a saber y realizar mejor las cosas.
e.- Conductores que nacen y que se hacen.
Por esa razón he querido que este curso sea lo suficientemente rudimentario como para despertar la inquietud.
Y haremos llegar esta misma inquietud a todas las esferas del peronismo.
El apetito viene comiendo.
La gente que va leyendo todo esto, se va interesando.
Podrá decir que algunas cosas se pueden hacer mejor, y es profundizándolo como puede llegar a convertirse en
conductor.
Porque si bien es cierto que el conductor nace, hay también muchos que se hacen.
No se conduce lo mismo a los diez años que a los cuarenta.
En ese lapso de treinta años hay muchas cosas que pueden aprenderse.
En esto, “el genio es mucho de trabajo”.
f.- Empezar por lo simple para llegar a lo más complejo.
Este curso, decía, es lo suficientemente rudimentario como para empezar a despertar la inquietud de todos.
Pero lo iremos desarrollando y profundizando hasta hacer un curso complejo de la conducción.
He querido seguir en esto el sistema que sigo en todos los casos: empezar por poco, por lo simple y fácil, para llegar
después a lo difícil y a lo complejo con el tiempo.
g.- Dar armas a los hombres y a las mujeres: el acervo intelectual de la conducción peronista.
Los grandes negocios, como las grandes cosas, empiezan en pequeñas cosas. Entonces, nosotros todos los días
iremos aumentando un poco esto, para conformar el acervo intelectual de la conducción peronista.
Y este acervo formará capas sucesivas con una profunda sedimentación paulatina que los hechos ya van dejando en la
marcha de nuestro Movimiento.
Conformaremos después también una completa teoría de la conducción y entregaremos a todos nuestros conductores
la posibilidad de que, a quien esto le guste, tenga también su orientación en ella. Pero lo que tenemos que asegurar es
que ningún conductor llegue a la responsabilidad de la conducción de la gran masa sin las armas en la mano para
defender esa responsabilidad, es decir, dar armas a los hombres y mujeres.
Nos cuidaremos muy bien de no darle armas a una mala persona, también.
H.- LAS “ARMAS” DE LA ORGANIZACIÓN Y SU IMPORTANCIA.
a.- Fuerza organizada y científicamente conducida.
Pero sí daremos a nuestros dirigentes, con el corazón abierto y la convicción de que estamos haciendo un bien al
movimiento, todas las armas que poseemos, la experiencia que hemos adquirido y la ayuda de compañeros que
debemos a todos nuestros dirigentes, para que ellos puedan hacer el mejor papel en toda la dirección.
Cuando llevemos esto a todo el movimiento peronista, cuando todos los dirigentes peronistas tengan las bases
necesarias para proceder mejor cada vez, nuestro movimiento será cada vez más poderoso y llegará a adquirir un
grado absoluto de invencibilidad en el campo político.
Porque, ¿qué podrán hacernos con este tipo de guerra de guerrillas y de montoneras, frente a nuestra fuerza
organizada y científicamente conducida en toda su gradación?
b.- En la lucha política vence el mejor organizado y el mejor conducido.
Es indudable que la superioridad nuestra será muy grande. Piensen ustedes que en la lucha de un barco contra otro
barco podrá vencer un capitán con suerte o arrojado; pero en la lucha de mil barcos contra otros mil, han de vencer los
que estén mejor organizados y tengan mejor establecidos sus servicios.
El movimiento político necesita lo mismo.
Podrá un pequeño sector vencer en una pequeña cosa, con una de esas avivadas de los políticos.
Pero en esta masa que significa toda la población de la República Argentina, tendrá que vencer el mejor organizado y el
mejor conducido.
c.- La organización vence al número y al tiempo.
Lo único que vence al número es la organización.
Y no sólo esto. La organización es lo único que ha conseguido vencer a la muerte.
Porque la organización también vence al tiempo.
No los hombres, pero sí las organizaciones.
Las organizaciones sobreviven a los hombres.
Quiere decir que es el único invento del hombre que ha sobrepasado al tiempo.
La organización vence, pues, al número y vence al tiempo.
Si nosotros queremos hacer del movimiento peronista una cosa que adquiera estabilidad y consolidación permanente
dentro del país, tenemos que organizarlo.
Y es esa organización la que sobrevivirá a nosotros y nos honrará a nosotros en el futuro, quizá con hombres y mujeres
más capacitados, mejor preparados y organizados que nosotros mismos.
Porque, señores, la finalidad de la Escuela Superior Peronista es ésa: es perpetuar en la organización todas nuestras
ideas y nuestras ilusiones de argentinos y de patriotas.
Conseguir eso es una de nuestras más perentorias obligaciones: no abandonar esto a lo que suceda.
I.- FORMAR “DIRIGENTES” Y PROFESORES DE CONDUCCIÓN PARA CONOCER,
INTERPRETAR Y PENETRAR A LA MASA.
a.- Aprender enseñando: formar dirigentes y profesores de conducción.
No, no. Para que Dios nos ayude, tenemos que empezar nosotros por ayudar a Dios. Yo espero que para los futuros
cursos que organice la Escuela Superior Peronista sobre esta base ya establecida podamos ir ampliando estos
conceptos, en todos los aspectos de la conducción, para poder llegar a conformar –como digo– un curso completo
sobre esta actividad.
Y no solamente eso: también comenzar a formar los dirigentes, los profesores que han de enseñar la conducción en el
futuro.
Nunca se aprende mejor la conducción como cuando uno se ve obligado a enseñarla, porque eso obliga a pensar sobre
distintos aspectos que uno nunca ha pensado.
Yo sería muy feliz si entre los peronistas dirigentes comenzáramos ya a formar los profesores que empezaran a dar los
primeros rudimentos de la conducción, a penetrar sus profundos problemas, a enseñar cuál es el método y cómo se
trabaja en la conducción política.
b.- Estudiar y penetrar las masas.
A estudiar las masas, a estudiarlas con sentido social, con sentido psicológico y con sentido sociológico; a penetrarlas,
a aprender a conocer los designios de la masa, de la masa misma, porque somos encargados de servirla y debemos
primero interpretarla para poder servirla.
Entonces hay que ir bebiendo en eso que constituye la única fuente.
La conducción es más una cuestión inductiva que de erudición.
Hay que tener la sabiduría suficiente para extraer de allí las verdades que uno debe defender, seguro de que el pueblo
acompaña a uno cuando uno está en la verdad.
El pueblo difícilmente se equivoca en las grandes verdades.
Entonces, la escuela de conducción resulta fácil en sí a poco que se la penetre y reflexione, a poco que se raciocine
sobre ella.
c.- Profundizar las enseñanzas: con estos rudimentos se puede empezar.
Por eso digo que sería para mí la más grande de las satisfacciones si entre nuestros muchachos dirigentes
comenzaran a perfilarse aquellos que tienen predilección por esta clase de estudios, penetrándolos y empezando desde
ya a enseñar a los demás los aspectos de la conducción.
Con estos rudimentos que hemos dado, ya se puede empezar.
Ya tenemos los rudimentos; ahora es cuestión de profundizar e ir sacando las enseñanzas necesarias para
capacitarnos y capacitar a los demás.
Todo lo que en este orden enseñemos es constructivo.
Se podrán cometer algunos errores, pero eso no interesa, en la conducción se trata de tener mayor número de aciertos
que de errores, porque en todas las conducciones hay errores.
De manera que termino esta clase diciéndoles que mi aspiración es que todos ustedes, que tienen una base sobre esto,
comiencen a estudiar, enseñando al resto de los dirigentes, porque ésa es la mejor arma para profundizar este aspecto
de la conducción.
d.- Difundir la experiencia personal: formación de escuelas y ateneos.
Empecemos ya a no quedarnos con lo que tenemos, sino a pasárselo a los demás, para que lo compartan los demás
compañeros en los distintos órdenes.
Esa es mi preocupación al propugnar la formación de las escuelas peronistas en todas las provincias y en todas partes:
como así también los ateneos, porque eso va a terminar con los antiguos comités.
Iremos allí a hablar de los problemas de la conducción política y del manejo político de las masas, en vez de ir a tomar
mate y a hablar de carreras.
¡No digo con esto que no debemos tomar mate ni hablar de carreras, pero conviene de cuando en cuando, hablar un
poquito de estas cosas…!
e.- Agradecimiento los alumnos.
Quiero dar por terminadas estas clases agradeciéndoles todas las amabilidades que han tenido conmigo durante este
curso, haciéndoles presente que yo he venido a dictar estas clases a pesar de mis múltiples ocupaciones, porque creo
que son de gran utilidad para nuestros dirigentes.
Al agradecerles todo esto a los compañeros peronistas, que me han escuchado durante este curso, les pido disculpas,
porque probablemente he sido un poco desordenado.
Yo no tengo mucho tiempo para preparar mis clases.
Quizás haya yo repetido muchas cosas, y alterado algunas veces el orden de los tópicos, porque, realmente, tengo la
gran dificultad de mis muchas ocupaciones. Pero quizá el año que viene podamos nosotros estructurar cursos más
racionales; es decir, de un menor tiempo sacar un mayor provecho a esto.
Yo he hecho lo que he podido; les he dado el remanente de mi experiencia y de cuanto he estudiado sobre la
conducción en un número, el menor posible, de clases; y he tratado con buena voluntad de trasladar a la mentalidad de
ustedes mi propia mentalidad de la conducción. Quizá en el futuro pueda yo ofrecer a los compañeros clases más
racionales y mejor organizadas.
(Fin de la publicación de la Revista Mundo Peronista Nº 16, págs. 40 a 49, del 1º de marzo de 1952 y fin del texto
original de Conducción Política)
Nota: “Con el presente capitulo llegan a su término las clases que, sobre Conducción Política, dictó el General Perón en la Escuela Superior Peronista.
MUNDO PERONISTA, estimándolas en su inmenso valor doctrinario y orientador, las ha venido publicando íntegramente, en sucesivas entregas, honrando sus páginas con la clara y genial palabra del Conductor de la Nueva Argentina Justicialista.
La reunión de los capítulos publicados conforma un cuerpo de doctrina, pleno de valiosas enseñanzas para los peronistas, razón por la cual invitamos a nuestros lectores a conservar su colección y a releerla constantemente. En cada nueva lectura hallará lecciones inapreciables, que influirán poderosamente en su capacitación integral”.
Revista MUNDO PERONISTA, Nº 16, pág. 40 del 1º de marzo de 1952.
Para ampliar:
https://www.escuelasuperiorperonista.com/doc/1.0.CONDUCCIONTEMATICO.pdf
https://www.escuelasuperiorperonista.com/