LA CASTA NO ERA LA CASTA, ERA MILEI S.A.

VisiónPaís/ diciembre 2, 2025/ Sin categoría

Ornella Calvete, ex-funcionaria

Los 700 mil dólares: «la casta” estaba adentro y nadie en el Gobierno lo vio venir… ¿o sí?

Por Sofía Perrone

Diciembre 2, 2025

El caso de Ornella Calvete exdirectora nacional de Desarrollo Regional y Sectorial del Ministerio de Economía, quien renunció tras el hallazgo de una fuerte suma de dinero en su domicilio. Esto no solo expone corrupción, expone sobre todo, la estafa discursiva del gobierno de Javier Milei, que se pasó un año entero dando cátedra de moral en televisión, redes sociales y cadenas nacionales mientras puertas adentro, florecían los mismos vicios que él juraba venir a combatir.

Porque sí, mientras el Presidente gritaba contra “la casta”, contra “los chorros del Estado”, contra “los ladrones del pasado”, una funcionaria de su propio equipo acumulaba 700.000 dólares en efectivo como si fuera lo más normal del mundo. En efectivo y en su casa. ¿Y nadie del “gobierno de los incorruptibles” se había dado cuenta?.
¡Qué curioso!

Calvete no era una militante de la vieja política, ni una heredera del Estado benefactor, era parte del nuevo «star system» libertario, la camada que llegó con la promesa de refundar la Argentina desde la honestidad y el mérito. Pero terminó siendo la cara de un escándalo de sobornos, coimas y sobreprecios en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), ese organismo que —según el propio Milei— «la casta” había convertido en un botín.

Se preguntarán ¿Cómo golpea este escándalo a la ANDIS?
El impacto en la ANDIS es devastador, y no sólo en términos institucionales.
Estamos hablando de un organismo que administra recursos esenciales para las personas con
discapacidad: pensiones, dispositivos, prestaciones, acompañamiento, programas de apoyo y
asistencia. Cada peso malversado ahí no es abstracto, influye en el servicio que se le presta al sector más vulnerable del país.

Con los allanamientos, el dinero encontrado, las sospechas y las renuncias en cadena, la ANDIS quedó paralizada:
– se frenan expedientes,
– se demoran pagos,
– se suspenden contrataciones,
– se revisan convenios,
– y nadie quiere firmar nada por miedo a quedar pegado.

El gobierno que decía venir a “ordenar” terminó dejando un organismo crucial sumido en el caos administrativo, con familias que dependen de esas prestaciones viendo como su situación queda atrapada en un limbo burocrático.
Es la versión libertaria del ajuste: menos Estado… porque está ocupado atendiendo sus propios
escándalos.

Mientras tanto, la desconfianza interna crece. Profesionales que trabajan hace años en la ANDIS hoy deben rendir explicaciones por decisiones en las que nunca tuvieron participación. Miles de beneficiarios están sin respuestas. Y la credibilidad del organismo termina de estallar por los aires bajo un gobierno que se decía ser ejemplo de la honestidad y transparencia.
La “revolución moral” de Milei deja, una vez más, más víctimas que soluciones.

El Gobierno intenta despegarse del asunto con la liviandad de quien tira un vaso roto a la basura y dice: “No sé qué pasó”. Como si el problema fuera una funcionaria suelta y no un sistema que ellos mismos armaron.
La ironía es maravillosa: El presidente, que acusa a todos de chorros desde el primer día, termina gobernando rodeado de los mismos comportamientos que asegura detestar.

El Presidente insiste en hablar de «la casta» de sus enemigos, sería bueno que alguna vez mire hacia adentro. Porque a esta altura, parece que el verdadero problema no era la política
tradicional, era su propio gabinete.

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