La Biblioteca de Horacio

VisiónPaís/ junio 27, 2021/ Sin categoría

La columna de Cultura de María Macaya

Junio 27, 2021

La vorágine de la coyuntura actual, la velocidad en que corren noticias buenas
y malas, los diarios y despreciables comentarios de una oposición nefasta y
decadente, todo esto tuvo una interrupción repentina cuando supimos de la
partida de Horacio González el pasado martes. Una pérdida enorme para el
pensamiento colectivo sobre el devenir de nuestra democracia y su futuro, la
firme idea de un país sin injusticias, una voz imprescindible para la reflexión, el
debate, la crítica en beneficio de la búsqueda de un mundo más vivible,
solidario y comunitario con una mirada hacia una Latinoamérica hermanada,
una Patria Grande que sigue soñándose.
Interminables y merecidos homenajes se han hecho a este sociólogo,
ensayista, historiador, docente y militante que murió el 22 de junio a los 77
años.
La Biblioteca Nacional cobró vida cuando Horacio González fue su director, ya
que hasta ese momento las bibliotecas eran consideradas una especie de
museos de libros, al decir de Luis Bruschtein, quien considera además que fue
el mejor director que tuvo en toda su historia la Biblioteca Nacional.
Pasó de ser una Biblioteca de Barrio Norte en Recoleta a una Biblioteca
Nacional para todos los argentinos. Durante su gestión hubo un promedio de
600 (seiscientas) actividades por año, inclusive los domingos. Un espacio
amable, atractivo, entretenido e interesante abierto para toda la familia.
Emociona escuchar los testimonios de empleados y empleadas recordando
tantos momentos de horas compartidas trabajando con una persona tan
inmensa y generosa.
Recuerdo con gran placer los encuentros de Carta Abierta los sábados por la
mañana en la Biblioteca Nacional, aquel ámbito de discusión, un espacio de
lujo para escuchar a intelectuales como Ricardo Forster, Eduardo Jozami,
Jaime Sorin, representantes del campo nacional y popular y el propio Horacio
González, uno de sus fundadores. Escuché decir por ahí y con razón, era misa
cuando le pasaban el micrófono.
No hay dudas que aquel fue un extraordinario período de la cultura argentina a
cuyos impulsores, Néstor y Cristina Kirchner, tanto le debemos.
“Esta fue y será siempre la Biblioteca de Horacio” fueron palabras de Juan
Sasturain, actual director en su conmovedora y dolorosa despedida en la
explanada de la Biblioteca Nacional.
Horacio González deja lo mejor que un maestro puede hacer, enseñar a
pensar.
Comparto en este humilde homenaje un fragmento del discurso de despedida
de la Biblioteca Nacional en 2015 y a continuación una preciosa versión de “La
casa de al lado”, de Fernando Cabrera, interpretada por su compañera Liliana
Herrero.

 

 

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