HUELGA DE INQUILINOS
La columna de Cultura de María Macaya
Diciembre 31, 2023
Una de las huelgas más importantes de principios del siglo xx fue la de Inquilinos el 13 de septiembre de 1907. En 1871, en Buenos Aires, comenzó la gran epidemia de fiebre amarilla originada al regreso de las tropas argentinas de la guerra del Paraguay. El foco infeccioso se produjo en los barrios de San Telmo y Monserrat, donde habitaban las familias patricias que abandonaron por esta causa sus palacetes y grandes casonas para trasladarse a Recoleta y
Barrio Norte, convirtiéndose así en casas de inquilinato, los conocidos conventillos.
“Sus propietarios eran la imagen más elocuente de la insensibilidad social y entre sus dueños se encontraban poderosos empresarios, o terratenientes como Anchorena o el músico y banquero arreglador del himno nacional Don Pedro Esnaola, que eran parte de la minoría patricia que vivía en mansiones, construidas por arquitectos extranjeros, en cuyo interior se expresaban los distintos siglos y culturas en el esplendor de sus obras de arte. Paseaban sus coches en Palermo y se reunían en el Jockey Club, donde las tertulias recorrían los frescos del renacimiento hasta las concesiones forestales, el desprecio por los anarquistas, y las ambiciones que les despertaban las nuevas extensiones ferroviarias. Mientras la “gente decente” posaba su mirada sobre las compras o ventas de tierra, afilaba su menosprecio por “la resaca humana” que habitaba el conventillo.” Resumenlatinoamericano.org sept.2022
La gran inmigración de esos años se convirtió en oportunidad para el gran negocio de alquiler de habitaciones. Las grandes casonas devinieron en conventillos donde vivían hacinadas familias de trabajadores. Habitaciones que a su vez eran taller de costura y cocina al mismo tiempo. Los magros salarios de los obreros no alcanzaban a cubrir las necesidades, el alquiler se llevaba
casi el 40% de los mismos.
“El gobierno de José Figueroa Alcorta había anunciado un aumento de impuestos municipales para el año siguiente y los previsores propietarios decidieron anticiparse aumentando inmediatamente los alquileres un 30 por ciento. La indignación corrió de boca en boca, de pieza en pieza entre los inquilinos, trabajadores migrantes, los más pobres entre los pobres. Por entonces, en nueve de cada diez habitaciones vivía una familia completa.
Muchas veces eran cuartos oscuros, sin ventanas, sin otra entrada de aire y luz que la puerta. El 22 por ciento de los conventillos no tenía ni baños ni letrinas, se debía utilizar los públicos que había de tanto en tanto.” Carasycaretas.org.ar“La huelga se extendió rápidamente y sorprendió a los propietarios y al gobierno. En pocos días se plegaron a la medida 500 casas de inquilinato de la Capital, y a fines de septiembre de 1907 llegaron a unos 2000 Conventillos.
Durante el apogeo de la huelga se habían sumado Avellaneda, Lomas de Zamora, Rosario, Bahía Blanca, Mar del Plata, La Plata, Mendoza y Córdoba.
Miles de inquilinos habían entrelazado sus rabias en el patio común del conventillo, desobedeciendo las leyes que rigen el destino de los hombres, engendrando una silenciosa y fraterna solidaridad, hecha de “gozosa indiferencia ante el infortunio”. resúmenlatinoamericano.org
Los inquilinos se oponían al aumento del 30 % que reclamaban los propietarios y rechazaban nuevos aumentos, teniendo en cuenta a la vez las malas y precarias condiciones de vida en esos conventillos.
Mujeres y escobas
“Entonces creció el protagonismo de las mujeres y los niños en la defensa del hogar. Ausentes los hombres durante el día, ellas y sus hijos enfrentaron los desalojos y a las autoridades con uñas y dientes, armados de escobas, piedras, maderas y calderos con agua hirviendo. Defendían lo que les
pertenecía o, como decía el manifiesto de los huelguistas, “el derecho a vivir”.”carasycaretas.org.ar
Luego vino la represión al mando del jefe de policía Ramón L. Falcón los desalojos.
“El solidario gremio de los carreros se puso a disposición de los desalojados para trasladar a las familias a los campamentos organizados por los sindicatos anarquistas, donde el gremio gastronómico preparaba suculentas ollas populares financiadas con aportes que llegaban de todo el país. Tras una durísima y desigual lucha, los huelguistas lograron parcialmente su objetivo de conseguir la rebaja de los alquileres y mejorar mínimamente las condiciones de vida.” Elhistoriador.com.ar
La historia vuelve a repetirse, o no? desigualdades sociales, injusticias, protestas, conflictos de todo tipo. Hoy como ayer vemos pasar ante nuestras vidas las mismas escenas de una película vista muchas veces aunque con toques renovados de cinismo y crueldad en el presente. Como siempre la memoria nos visita otra vez.
Un breve video a continuación resume estos episodios donde destaca el protagonismo de las mujeres en la defensa de derechos.