“Habrá que acostumbrarse”

VisiónPaís/ enero 20, 2019/ Sin categoría

Por Alejandro Ippolito

La base fundacional de cualquier filosofía es la imposición de una pregunta simple y
poderosa: ¿Por qué?
Si tuviera que entrevistar a cualquiera de los nefastos personajes que se han instalado en el
poder le preguntaría simplemente el por qué de sus acciones y ante la respuesta mecánica
e impostada argumentando desastres y herencias que no son tales les volvería a preguntar
¿por qué? hasta desangrar todas las posibilidades, hasta estrellarlos de frente con sus
miserables intereses personales y su genética fascista.
¿Por qué lo harán?
¿Qué extraño placer experimentarán mientras diseñan las medidas que le dolerán a la
mayoría de los argentinos?
Puede ser simple placer morboso de sentirse a salvo como el fusilador que sabe que no será
fusilado porque la bala solo sale hacia adelante.
El sádico sentimiento de no ser alcanzado por la inundación y ver sin pestañear como se
debaten los demás para postergar lo inevitable que es ahogarse por más que se patalee.
¿Por qué lo harán? Han estudiado inhumanas ecuaciones y se han convencido que la peste
de los pobres debe aniquilarse, que hay que empujar a la mayoría hacia el abismo para que
haya más aire para los elegidos de Dios.
¿Por qué lo harán? ¿Será de puro mal paridos nomás?
¿Será que hay una patología extrema que les come las entrañas y los hace vomitar medidas
de ajuste? ¿Sólo eso los alivia?
Todo es una empresa para ellos: el amor, la vida, lo que se sueña, lo que se pierde y lo que
se gana, todo es un balance en donde sólo caben los números y la gente se queda afuera.
¿Por qué lo harán? Uno los ve sobradamente felices, babeándose con las investiduras del
poder, dueños de la vida y la muerte de todos.
Les brilla en los ojos la venganza, les brilla el ahora vas a ver quién manda, el todo vuelve, el
siempre fuimos los mismos, el tenemos la guita y el tiempo, el pierde el punto y gana la
banca como siempre.
¿Por qué lo harán?
Qué necesidad interior los impulsa a denigrar, a burlarse hasta el punto de despellejar al
que tienen enfrente. Por qué no pueden, en todo caso – si es que no consiguen ni siquiera
disimular su dicha ante el dolor de los demás – quedarse callados.
En campaña, Macri dijo que “hay que acostrumbarse a las inundaciones”

Luego de sacarse su clásica foto de campaña “enchastrado” de pobres, se habrá dado un
baño con alcohol y, entre arcada y arcada, se habrá recompuesto gracias a perfumes
importados. Cambiemos hace tres años que nos asegura que habrá que acostumbrarse a la
miseria, al hambre, a los despidos, a los cierres de industrias y comercios, a la destrucción
del mercado interno, a la caída de salarios, al exterminio de los jubilados, al abandono de
los marginados, al endeudamiento como único recurso y a la represión como reiterada
respuesta del Estado a los reclamos de aquellos que no se “acostumbran” todavía.
Lo que nos están diciendo en realidad es que tendremos que acostumbrarnos a la derecha
extrema perpetuada en el gobierno, a la exclusión como política, a la mansedumbre popular
frente a la ausencia de acciones que mejoren la vida de la gente, a la burla y la
desvergüenza de un gobierno de salvajes que han asumido la misión de desmembrar el país
y entregarlo en porciones a los piratas.
Este es el año, entonces, en que deberemos gritar con toda la fuerza que nos queda que no
vamos a acostumbrarnos jamás a la bota de los mercados sobre nuestras cabezas.

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