Eva Perón

VisiónPaís/ julio 26, 2020/ Sin categoría

La columna de Cultura de María Macaya

El 26 de julio de 1952 murió Eva Perón , hace hoy 68 años. Evita vivió poco pero siempre vuelve. Comparto un fragmento sobre la última etapa de su vida, escrita por Catalina Pantuso. Y a su término les dejo una canción compuesta por Ignacio Copani «Maria Eva»

En abril de 1952 comenzó a escribir su libro póstumo, “Mi Mensaje” (publicado en 1987), dedicado a los trabajadores, las mujeres y a los humildes. Lo escribió mientras transitaba la última etapa de su vida pues sentía que en los anteriores había dejado “demasiadas entrelíneas”. La primera noticia sobre este trabajo se dio a conocer dos días después de su fallecimiento, cuando la prensa publicó que el último discurso de Evita (17 de octubre) titulado “Mi voluntad suprema”, formaba parte de una obra más extensa.

La debilidad física —pesaba sólo 38 kilos— se contraponía a la fuerza de su espíritu de lucha. Si en “La razón de mi vida” y en “Historia del Peronismo” fundamentó su amor y lealtad a la revolución justicialista, en este texto denunció a los enemigos, se indignó con los poderosos, amenazó a los imperialismos de derecha e izquierda y despreció la obsecuencia de los propios.

El testamento político de Evita tuvo el propósito explícito de defender a Perón. Quiso mostrar la soledad del poder, cuando éste es utilizado en defensa de las conquistas sociales; denunció las miserias de los grandes empresarios y predijo las traiciones de las jerarquías militares y eclesiásticas. En una palabra reveló los todos los secretos del poder que ella había conocido y padecido. “Yo no me dejé arrancar el alma que traje de la calle… Por eso no me deslumbró jamás la grandeza del poder, y pude ver sus miserias; y por eso nunca me olvidé las miserias de mi pueblo y pude ver sus grandezas. Ahora conozco todas las verdades y todas las mentiras del mundo.”

Profundamente cristiana en sus últimos días no miró al Jesús de la Misericordia sino al Cristo de la Justicia. Sus palabras buscaron el incendio revolucionario. Ella no era la estratega que medía las consecuencias, era una luchadora convencida de la voluntad invencible de los pueblos, era una mujer que estaba desafiando a la muerte.

Fuente Blog de Catalina Pantuso

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