EL NEGOCIO DE LA SALUD

VisiónPaís/ febrero 17, 2025/ Sin categoría

Por Jorge Rachid

Febrero 14, 2025

La salida de la Argentina de la OMS, no llama la atención a quienes seguimos la zaga del desmantelamiento del sistema de salud en nuestro país, objetivo del Gobierno actual.
La ofensiva neoliberal sobre los sistemas solidarios, se vienen sucediendo desde los inicios mismos de la democracia, cuando el Consenso de Washington consolida el rol del Mercado como ordenador social y el retroceso del Estado en sus responsabilidades sociales, en salud educación, seguridad social y sistema previsional.
El cambio de paradigma inaugurado por el Dr. Ramón Carrillo, del apuntalamiento de la salud en cunto a calidad de vida, por la atención de la enfermedad actual necesario al lucro. Ese es el cambio cultural sanitario fundante del colonialismo. El sistema necesita a los argentinos enfermos crónico, porque sanos o muertos no ofrecemos ganancias a los sistemas financieros de seguros de salud, farmacéuticas y tecnologías médicas.
La fragmentación de la Constitución de 1994 ha provocado un país injusto, al provincializar y municipalizar las responsabilidades de coberturas públicas. Un niño nacido en Pumamarca o Pirané, tienen menor expectativas de vida que niños nacidos en centros urbanos como CABA, Rosario, Córdoba o Mendoza.
Las políticas nacionales estatales de las épocas de Gobiernos populares, permitían superar esas asimetrías con herramientas hoy llamadas “gastos”. Desde la época de Carrillo que desde una concepción sanitaria comunitaria instala la medicina social de ayer, hoy llamada Epidemiología Crítica que define las determinaciones sociales sobre la salud, desde el calentamiento global al salario bajo, el miedo, el despido, la angustia, el desalojo, el duelo.
La tercerización de servicios privados en  los sistemas públicos ante el desfinanciamiento hospitalario, los cierres de servicios y hospitales, los despidos masivos de trabajadores de la salud, la apertura de los sistemas de financiamiento prepagos, intrusando a los sistemas solidarios de obras sociales gremiales y provinciales, como así también al PAMI, la llamada desregulación, en realidad regulación del lucro mercantilista en salud, la atención médica precaria, como sistema de cadena de producción industrial, antes que contención humanizada del enfermo, la degradación salarial y profesional de los profesionales de la salud, la tendencia a las especialidades que operan las tecnologías  antes que la semiología, que ofrecen menor remuneración, la fragmentación del Ministerio de Salud, la liberación de venta de medicamentos, la pérdida de trazabilidad y la medicalización de la población, la eutanasia en cuotas sobre los jubilados, los precios de la industria farmacéutica con una cadena de valor que va de 900% al 33 mil% sin techo.
No son una serie de medidas tomadas ante circunstancias determinadas, sino que operan un plan destinado a hacer del lucro y la deshumanización de la práctica médica, un sistema de negocios que está determinado por un colonialismo mercantilista, dependiente de los Fondos de Inversión Buitres, que manejan patentes biotecnológicas y de medicamentos de última generación hasta empresas multinacionales de medicamentos. Ejemplo Pfizer conducida por el mayor Fondo Buitre del mundo Black Rock o Gilau de MNL de Paul Singer y Donnal Rumsfeld que manejan el Tamiflu y el Sofosvuvir.
La Pandemia, excusa enarbolada por la actual gestión para dejar la OMS, fue una victoria del Estado argentino, ante un hecho inédito, mundial, desconocido que encontró en el sistema de salud de nuestro país una respuesta, que nos ubica entre las mejores respuestas mundiales: en cobertura el 3° lugar con el 93% de vacunación y entre los primeros entre las muertes esperables, dato epidemiológico duro, que mide los 10 años anteriores y el impacto pandémico en las mismas.
La Cuarentena no fue la más larga del mundo, es más debería haber seguido 3 meses, pero la Corte Suprema sin tomar en cuenta la recomendación de expertos y sin llamar a consulta determinó la apertura de las escuelas, ante la presión de una oposición salvaje, decidida a enfrentar las medidas sanitarias: provocaron 36 mil muertes en esos 3 meses, cuando habíamos tenido 52 mil en un año.
Ningún argentino quedó sin atender su salud, no hubo Fosas comunes como en Nueva York, Perú, Italia y España entre otros, el Hospital público fue el eje y el Estado el rector de una victoria sanitaria. Ningún economista actual pregunta o menciona el dato de cuánto se gastó en Pandemia, para brindar atención al conjunto de la población. Sólo mencionan el gasto y el déficit, poniendo precio a las vidas humanas
Cuando el colonialismo maneja las políticas nacionales a través del Banco Mundial y del FMI, la caída de la calidad de vida de los argentinos comienza por la salud y sigue por la educación y la seguridad social previsional, todo transformado en negocio financiero, colocando en juego la salud de los compatriotas. Sólo la Salud Comunitaria junto a los Sistemas Solidarios de Salud, junto a la Salud Pública, pueden dar una respuesta acabada, en un marco de un nuevo Sistema Nacional Integrado de Salud que recupere las políticas nacionales y la soberanía sanitaria en nuestro país.
No es otra cosa que el coloniaje mercantil, lo que ejecuta hoy el Gobierno, pretende un cambio estructural y cultural, no sólo sanitario y que las nuevas generaciones van naturalizando el lucro como eje de anteriores derechos constitucionales, hoy avasallados. Si no fuese por la memoria compartida de una cultura solidaria que resiste, ya lo habrían logrado. Las luchas fragmentadas pueden resolver temas puntuales, pero no avanza en la raíz estructural de la dependencia sanitaria y soberana a nivel nacional.
Jorge Rachid
CABA, 14 de febrero de 2025

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