EL LENGUAJE ES CULTURA
Cultura por Viviana Britos
Mayo 18, 2025
El lenguaje no sólo es el medio de la comunicación sino también el OBJETIVO de la comunicación. La lengua no solo se “emplea”, no es solamente el valor de la comunicación, expresión individual y colectiva; contienen la experiencia de los pueblos. Nos precede, nos presencia y se prolonga más allá de nosotros en el tiempo, somos sus vehículos.
Como diría José Martí:
“La lengua no es el caballo del pensamiento, sino su jinete”.
Por lo tanto ¿Qué lugar ocupa hoy la palabra, como parte del lenguaje?
Una cultura masificante, empobrece el vocabulario y destruye el silencio. El silencio como condición primera y fundamental de la palabra genuina, la que viene de lo necesario, lo íntimo y no es simple respuesta mecánica.
La destrucción de la intimidad y de la vida interior es una condición indispensable para transformarnos en títeres del mercado y sus seguros clientes.
Ivonne Bordelois en La palabra amenazada expresa:
“Una cultura consumista se opone al lenguaje entendido como tal. Lo degrada, lo violenta, lo destruye. El presente sistema ha decidido formar esclavos del trabajo, de la información y del consumo y para ello no hay mejor técnica de reclutamiento que la pérdida del lenguaje”.
Pero la palabra se transforma, se recrea, jamás se agota, es un bien solidario, absolutamente gratuito y por lo tanto “un bien subversivo”, una amenaza, un peligro de la civilización mercantilista, indestructible por su estructura y poderoso por su resistencia, es por eso que intentan volverlo invisible e inaudible, porque la palabra no solo se expresa también se escucha.
Se habla de la pérdida y de la reducción del lenguaje, parece que olvidamos que las imágenes, los carteles, los emoticones, los símbolos, los signos, también son lenguaje que expresan emociones, y necesitan ser leídos, interpretados y analizados como tal.
En esta época tecno-cultural somos bombardeados de lenguajes, a tal punto que nos parece NO poder detenernos a entenderlos o peor aún parece que NO nos interesa.
En este parloteo comunicacional “parece” que todo da lo mismo, el insulto, la falta de respeto. Una vergüenza a la que nos acostumbramos.
Como dice Platón:
“Hablar inapropiadamente, no solo es cometer una falta en lo que se dice, sino causar un mal a las almas que la escuchan”.
Este desprecio a la palabra, consentida y avalada por los medios de comunicación, es una señal de suicidio colectivo que nos creemos incapaces de detener.
Cuando no hay lugar a la palabra se desemboca necesariamente en la violencia.
Violencias varias abordada por el filósofo argentino Nicolás Casullo:
“El desprecio y la humillación de la palabra, la ignorancia de la palabra, el silenciamiento y la poda de la palabra, la palabra desfigurada en grito, en insulto, en cliché, es la puerta mejor abierta al golpe, la cuchillada o la bomba”
Por eso les propongo una estrategia ecológica, en tanto protección, preservación y atención del lenguaje, porque lo más efectivo para evitar la violencia, no es la denuncia permanente contra ella, su censura o prohibición, sino explorar las maneras de recuperar el habla y la escucha del lenguaje.
Nosotros lo merecemos.
Estemos atentos a los lenguajes, no son ingenuos.

