EL CAMPEONATO DE LOS CONTAMINADOS
Por Bruno De Alto y Antolín Magallanes
Marzo 1, 2023
Corre el año 1972, el gran Alfred Hitchcock, estrena su película Frenesí. La misma inicia
con un largo recorrido sobre el Támesis, atravesando el puente de Londres, mientras se
ve un río algo deteriorado, con mucho humo a su alrededor y simpáticos remolcadores a
vapor, similares a los que hubo en La Boca en sus aguas. En una margen del río, un
político declama un discurso frente a un grupo de ciudadanos en el que presume de la
limpieza del río. Recuerda su infancia junto a un río bello y pleno de naturaleza y promete
volver a él en un futuro cercano, acabando con todos los desechos que la sociedad arroja
al rio. De repente, un cadáver de una mujer flotando da origen al misterio del inefable y
sarcástico Alfred. De esa promesa cinematográfica, pasaron 51 años.
Hay millones de ciudadanos de la provincia de Buenos Aires y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que vienen dentro de la Cuenca Matanza Riachuelo, cuyo nivel de contaminación es elevado. Pero esto no es todo: el tramo final de la Cuenca, el Riachuelo, es sindicado y frecuentemente señalado como “uno de los ríos” o “el río más” contaminado del mundo. Sumando una carga aún más pesada a los vecinos que viven cerca de él.
Pareciera que hubo un campeonato mundial de la contaminación, y en ese certamen, nuestro río tuvo un desempeño horrendo por mérito de los argentinos y de sus autoridades políticas. Pero veamos.
Un fallo de la Corte Suprema del año 2008 obligó a los Estado Nacional, al de la provincia de Buenos Aires y de la Ciudad de Buenos Aires sanear la Cuenca. Desde entonces se está trabajando en reducir aquellos niveles de contaminación de agua, aire y suelo que llevaron el caso a la Corte. En ese mismo año, se creaba por Ley Nacional la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo, ACUMAR, organismo tripartito para la ejecución de las Mandas derivadas del fallo.
En la fecha se lleva más de una década de trabajos para revertir más de doscientos años de depredación del recurso hídrico. Entonces, las mejorías alcanzadas: retiro de buques en cauce; empadronamiento de establecimientos, control industrial y adecuación de cientos de empresas, eliminación de descargas cloacales, relocalización de viviendas y sus habitantes sobre el margen del río y arroyos, limpieza de residuos sobre espejo de agua y márgenes, sistemas de monitoreo ambiental, etc. deberían impactar en aquel ranqueo de peores ríos. Pero, ¿Quién hace esas listas de los ríos más contaminados? Es lo que aquí queremos contar.
En primer lugar, debemos preguntarnos de donde viene esa afirmación de que “el Riachuelo es el río más contaminado del mundo”. Si bien hay publicaciones periodísticas que lo dan como un dato firme, lo hacen sin nombrar origen del mismo.
Solo algunas de estas publicaciones se remiten a una fuente: la ONG Green Cross. En efecto, la ONG global Green Cross, que tiene el mérito de haber sido creada en por el líder soviético Mijail Gorbachov en 1993, con la finalidad de ser una «Cruz Verde internacional que ofrezca su asistencia a los Estados con problemas ecológicos». Goza de estatus consultivo ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Esta ONG tiene un ranking que cita al Riachuelo.
En una publicación del año 2013, Green Cross enumera los “10 lugares más contaminados”. La lista es de lugares, y no de ríos. En la lista hay ríos y lugares, por ejemplo, Chernobyl. Efectivamente la lista es encabezada por el Riachuelo, con una aclaración de la ONG que dice “La lista top-ten está ordenada alfabéticamente por países. Dada la variedad de magnitudes, población y tipo de contaminación, una lista ordenada por otro criterio no sería realista ni factible”. Lo interesante de esta aclaración es que la organización que la elabora no puede ranquear un orden por comparación de contaminación entre los enlistados por problemas metodológicos. Sin embargo, a pesar de no tener método presenta una lista de los sitios más contaminados. ¿Cómo logró esa lista si no hay métodos para que unos sitios se pueden comparar contra sitios? ¿Es una lista a dedo?
En el mismo sitio, asociada a esta lista, cada lugar tiene una ficha técnica. El Riachuelo tiene la suya. En la misma se observa el grosero error de colocar 15 mil industrias contaminantes sobre la Cuenca, cuando en realidad ACUMAR ha detectado entre 4.000 y 5.000 con incidencia ambiental, solo 1.400 sancionadas por estar fuera de parámetro, de las cuales 800 ya se han adecuado.
Lo más llamativo de la ficha del Riachuelo, volviendo al método para confeccionar ese listado, se citan varios artículos de investigación realizados en Argentina, por organismos locales, que tratan de medir el grado de contaminación, pero de ninguna manera buscan si el río sea más o menos contaminado que otros.
Pero el Riachuelo, último tramo de la Cuenca Matanza Riachuelo, es un río contaminado, los sabemos con sobradas evidencias para los habitantes, las autoridades, la academia, la justicia. ¿Pero cuánto? El listado de Green Cross, leído superficialmente lleva a un error.
Si investigamos con más precisión, se puede verificar que, sí existe un listado de ríos, no sitios, más contaminados. Ese listado lo podemos encontrar en otra ONG, la Fundación Aquae. Esta fundación de origen española, con presencia en Latinoamérica, es conducida por funcionarios españoles del Grupo Francés Suez, dedicado al saneamiento de ríos y aguas.
Aquae explica que la mitad de los 500 ríos principales del mundo, están altamente contaminados. Y sin mediar alguna metodología de selección, presenta los 10 más contaminados. A diferencia de Green Cross, esta ONG cita al Río de la Plata y no al Riachuelo, como el tercer río más contaminado del mundo.
Los ríos del listado son fundamentalmente cursos de agua de países en vías desarrollos. Los que en alguna medida involucran países desarrollados, son largos cursos de agua que recorren también países no desarrollados. En definitiva, para Aquae, los ríos contaminados, y no saneados, son un problema del subdesarrollo. Y tiene razón.
Puestos a averiguar si existe un listado de experiencias de ríos que estando contaminados fueron saneados con éxito, nos encontramos con un informe de una compañía española, el Grupo Acciona, dedicado a soluciones en energías renovables.
Acciona organiza una lista de ríos saneados, citando que usó como fuentes a organizaciones y publicaciones como la BBC, Iagua, Planeta Inteligente, y Kcet.
Es un listado de solo 5 ríos cortos, uno de la poderosa Corea del Sur y otros 4 en Europa Occidental. De ese informe se sabe que sanear el Rin de Suiza demandó una inversión de 15 mil millones de Euros, o que el caudaloso Támesis esperó 50 años para volver a tener peces en sus aguas. Son logros de países desarrollados.
Unas breves conclusiones.
Pareciera que no existe una metodología, ni organismo que se dedique a evaluar el nivel de la contaminación de los ríos entre sí, con el objeto de generar una lista ponderada. Es evidente que la constatación de ríos muy contaminados se da en los países en vías de desarrollo, por razones de sus propios modelos de desarrollo, y sobre todo por el crecimiento de grandes megalópolis cercanas a cursos de agua que lo operan y usan como recurso fundamental.
En la medida que se aceleren el crecimiento de esas gigantescas urbes, nuevos ríos pretenderán presidir el podio. Por ejemplo, Buenos Aires es hoy una de las 15 ciudades más pobladas del mundo con el Río de la Plata y su estuario padeciendo por ello. Sin embargo, en el 2050, nuestra ciudad se verá sobrepasada por más de 20 ciudades con más población. Muchas de ellas, de países en desarrollo y con ríos en rápido deterioro.
Visto de esta manera, dado que el Riachuelo, al igual que otros ríos tributarios del Río de la Plata están siendo saneados, difícilmente sea hoy el más contaminado del mundo. Ni siquiera debiera estar en un top-ten como dijo Green Cross. Sin duda su evolución y recuperación será más lenta que la deseada. Los casos de éxito a nivel mundial, cuentan que se requirieron inversiones de envergadura, mucho tiempo, y en algunos casos, más caudal y extensiones más cortas que los del Riachuelo.
Por ejemplo, ríos europeos como el ya mencionado Rin, sufrieron siglos de degradación y uno de los indicios más claros de renacimiento de este tal vez sea el Salmón. El salmón desapareció por completo hacia 1940, pero debido a una catástrofe ambiental, como fue el vertido de veinte toneladas de insecticidas al agua. En 1986, se tomó como punto de partida para una responsable recuperación.
ACUMAR ha ido incrementando en forma gradual y continua, diferentes medidas o acciones de gestión, con el objetivo de ir realizando también en forma gradual y continua el saneamiento de la Cuenca. Las medidas implementadas incluyen entre otras: fiscalización de industrias y control de la gestión de sus efluentes y residuos, con la aplicación de clausuras y programas de reconversión industrial, para aquellas industrias que contaminan, reacondicionamiento de plantas depuradoras de líquidos cloacales, gestión integral de residuos sólidos urbanos en los municipios que forman la Cuenca, erradicación de basurales, gestión de las riberas eliminando vuelcos clandestinos de residuos, construcción del camino de sirga y reubicación de asentamientos poblacionales.
En definitiva, el saneamiento de la Cuenca Matanza Riachuelo, podrá mostrar avances por trabajo e inversiones constantes y solo en comparación de sus mejoras en relación a sí mismo. Modificaciones objetivas, como la calidad del agua y otras variables ambientales; y también modificaciones cualitativas, como el progreso de los usos del curso de agua, porque millones de habitantes de la Cuenca, se reencuentran cada vez más con su río.
La consigna es, un Riachuelo cada vez menos contaminado.



