Ecuador

VisiónPaís/ octubre 11, 2019/ Sin categoría

Por Alicia Vicchio

El presidente Lenin Moreno impuso un Paquetazo: suba de combustible; reducción de vacaciones a trabajadores estatales; obligación de aportar un día del sueldo mensual al Estado, y otras medidas antipopulares dispuestas para cumplir con el FMI, y endeudar al país por años.

Al comenzar las protestas en las calles, decretó el Estado de Excepción, y traslado la sede gubernamental de Quito a Guayaquil, y ordenó reprimir a los manifestantes. Las clases medias y bajas salieron a reclamar por sus derechos.
Luego se plegaron los movimientos indígenas, que no responden a mismos dirigentes. El más radicalizado es el Consejo Nacional Indígena del Ecuador (CONAIE), cuyo jefe es anticorreísta, y provoca acciones como mantener cautivos a enviados de la prensa internacional, para que informen lo que ocurre, y dejen de ocultar la brutal represión
Hay otros movimientos indígenas (debe quedar en claro que mantienen serías diferencias con el CONAIE que avanzaron hacia Quito pidiendo a su paso la renuncia de Moreno, quien cuando los vio llegar firmó el «estado de sitio» desde las 18 hasta la salida del sol. El jefe de Estado sabe que los indígenas ya voltearon tres gobiernos
 1) En enero de 1997, el gobierno de Abdalá Bucaram. Implementó una serie de medidas económicas neoliberales, y obtuvo la respuesta de miles de marchantes de pueblos originarios, que protestaron con cierres de vías y barricadas en Quito. Días después Bucaram fue destituido y huyó del país.
2) Con Jamil Mahuad ocurrió algo similar, cuando en enero de 2000, los líderes indígenas entraron a la sede de la Asamblea Nacional y fueron posteriormente respaldados por un grupo de militares insurrectos. Mahuad tuvo que abandonar el Palacio presidencial de Carondelet.
3) Cuatro años después ocurrió lo mismo con el  Lucio Gutiérrez.

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Octubre de 2019. La demanda multitudinaria va
mucho más allá de «zánganos correístas», como se referió Moreno despectivamente a quienes salieron en todas las esquinas del país, para expresar su descontento. De ese término nació
La Revolución de los Zánganos, como respuesta popular

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 Al borde de una guerra civil, impresiona la distorsión de la realidad que fabrican los medios corporativos, *asquea* el escrito firmado por los mandatarios de la Argentina, Brasil,  y Colombia, a favor del gobierno del Ecuador, duele que las fuerzas armadas ecuatorianas masacren a ciudadanía desarmada ante el silencio mundial, y emociona el periodismo contra hegemónico.
 Los intentos de imponer el neoliberalismo no cuentan con apoyo del pueblo, causan rechazo y movilización en su contra.
Las élites usan títeres como Lenin, para imponerlo
La Revolución de los Zánganos reivindica el derecho del pueblo ecuatoriano a protestar pacíficamente y es un homenaje a quienes han perdido su vida luchando por un Ecuador justo, igualitario y libre de Paquetazos.
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