Alfonsina y Virgilio

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La columna de Cultura de María Macaya

Octubre 24, 2021

El almanaque y el destino hicieron que Alfonsina Storni y Virgilio Expósito
abandonaran este mundo el mismo día, un 25 de octubre, la poetisa y
escritora en 1938, el pianista y compositor en 1997.
Alfonsina, que padecía cáncer de mama, se suicidó en Mar del Plata,
internándose en las aguas del balneario La Perla. Virgilio falleció en
Buenos Aires.
El pianista había nacido el 3 de mayo de 1924 en Campana, pero a los
tres días se mudó a Zárate, la poetisa en Sala Capriasca (Suiza), el 29
de mayo de 1892, trasladándose con su familia a la Argentina, a muy
temprana edad.
Virgilio Expósito conformó con su hermano Homero una de las
sociedades artísticas más importantes de la música argentina
Fue uno de los músicos más representativos de la generación del ’40. En
la última década de su vida colaboró con artistas sobresalientes del rock
argentino, primero con Litto Nebbia, luego con Charly García en la banda
de sonido de Funes, un gran amor, y después con Andrés Calamaro,
tuvo de alumnos a Juan Carlos Baglietto y a Max Masri, uno de los
creadores del tango electrónico.
Algunos expertos de la obra de Alfonsina Storni dividen su producción en
dos etapas: una muy influenciada por el romanticismo y un modernismo
más refinado y estetizante, cuyos ecos pueden leerse en La inquietud del
rosal (1916), El dulce daño (1918) o Irremediablemente (1919), y otra
caracterizada por un tenor más oscuro y nostálgico, con una construcción
de versos distinta e innovadora, como en sus libros Mundo de siete
pozos (1934) y Mascarilla y trébol (1938). Storni también incursionó en la
dramaturgia y en el teatro para niños. En 1927, estrenó El amo del
mundo, en el Teatro Nacional Cervantes, y en 1931, Dos farsas
pirotécnicas.
Alfonsina fue madre soltera en una época que socialmente era
inaceptable o reprochable. Ella no se dejó avasallar y puso a relucir su
espíritu feminista, también expresado en su lírica. Sus poemas “Tú me
quieres blanca”, “Así”, o “La loba” son ejemplos de ello.
En octubre se estrena en el teatro Regio, perteneciente al Complejo
Teatral de Buenos Aires, El amo del mundo, de Francisco Lumerman,
basada en la obra homónima de Alfonsina Storni, una de las pocas
piezas teatrales que escribió la adelantada a su tiempo, poetisa,
escritora, maestra y figura fundamental del siglo XX.

En homenaje a estos dos grandes representantes de nuestra cultura
comparto estas hermosas piezas

VOY A DORMIR, Alfonsina Storni

Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación, la que te guste;
todas son buenas, bájala un poquito.

Déjame sola: oyes romper los brotes…
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases

para que olvides… Gracias… Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido.

Berta Singerman (1901-1998)- Tú me quieres blanca – Alfonsina Storni
Naranjo en Flor, Virgilio Expósito junto al trompetista Roberto «Fats»
Fernandez, 1996
Maquillaje, Virgilio Expósito

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