Cuando Tenga la Tierra

VisiónPaís/ febrero 16, 2019/ Sin categoría

Por Alicia Vicchio

Sector Primario

Dedican su vida a la agricultura, son quinteros. Trabajan duro.

«Se levantan cuando el gallo aún no cantó», y se van para «las quintas», predios que arrendan o son tenencia precaria. Trazan los surcos, siembran, riegan, cultivan, ven crecer las hortalizas, frutos y vegetales, desmalezan, previenen de insectos.
A veces almuerzan, o solo comen un trozo de pan, o ‘tortilla’ y agua, o alguien de la familia alcanza un plato caliente en invierno, y siguen. A la tardecita vuelven con algún vegetal para la comida nocturna.
Hablan poco. Laboran mucho. Se asean, se acuestan para descansar o para «hacer los hijos». La madrugada los aguarda.
Son familias enteras dedicadas a uno de los sectores más importantes de las economías regionales: el primario.
Su esfuerzo no rinde. Por un kilo de zapallitos les dan seis pesos, mientras en la verdulería de barrio o supermercado llega a un costo de 50 pesos el kilo. Lo mismo ocurre con cada producto. No alcanza.
Tampoco están seguros en la tierra que trabajan cada jornada. No son propietarios y aumenta el alquiler. Desde el Estado cambiemita no hay respuesta para solucionar el conflicto vital que transitan.
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Son cerca de 15.000 familias de todo el cordón hortícola del conurbano. Reclaman la falta de fomento a la agricultura y el acceso a la tierra.
Para mostrar su producción y venderla a precios populares, organizan Verdulazos o Frutazos o Feriazos. Muchas veces regalan bolsones con verduras y hortalizas. Se forman filas larguísimas de humanos con las manos extendidas, argentinos a los que ya les roza el hambre. A lo lejos se divisa la hambruna. Ahí viene. ¿No la vez?
Cuando un gobierno ordena reprimir, como ocurrió este viernes 15 de febrero en plaza Constitución, muestra su debilidad.
Hubo orden de incautar la mercadería. Un robo. La policía se llevó cajones con morrones, berenjenas, acelga, lechuga, y otros alimentos.
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«Se levantan cuando el gallo aún no cantó», son los que trabajan en esos sembradíos a la vera de caminos internos y rutas, de terrenos enormes,  o pequeños. Traen la piel curtida. Hay gráficos y números que explican su aporte a la Economía, que se encarguen los economistas de contarlo.
Si alguien esboza una señal, o mueca de desprecio, es por escasez neuronal e ignorancia.-
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