MURALES y MENSAJES

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La columna de Cultura de María Macaya

Agosto 3, 2025

El mural más grande del mundo se inauguró el sábado 26 julio de este año en la Ciudad de La Plata.
Frente a la Plaza Moreno, en las calles 14 y 54, pegadito a la Catedral de la Inmaculada Concepción se advierte la imponente imágen del Papa Francisco. Con amplia sonrisa levantando su brazo izquierdo deja reposar sobre su mano una paloma blanca con sus alas desplegadas.

Paseando con mis nietas durante las vacaciones invernales, el viernes anterior me sorprendí al ver esa elevadísima pared junto a la Catedral con la imágen de Francisco. Confieso que no sabía que se iba a inaugurar al dia siguiente.
La monumental obra fue realizada por el artista argentino reconocido internacionalmente, Martin Ron. Mide 50 metros de alto por 6 metros de ancho. Una belleza emplazada en un lugar tan icónico de La Plata.

Julio Alak, el intendente de la ciudad de La Plata, junto al arzobispo de la Arquidiócesis local, Monseñor Gustavo Carrara, encabezaron la ceremonia. Entre las autoridades presentes estuvieron la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; el Obispo Auxiliar de La Plata, Monseñor Jorge González; la jefa de Asesores del Gobernador bonaerense, Cristina Álvarez Rodríguez; la ministra de Mujeres y Diversidad de la Provincia, Estela Díaz; la diputada provincial Lucía Iañez; y el secretario de Planeamiento, Obras y Servicios Públicos del municipio, Sergio Resa, entre otras figuras del ámbito público y religioso.

La sonrisa del Papa Francisco aparece inundando la ciudad. Un símbolo de paz y un merecido homenaje a Jorge Bergoglio, el primer papa latinoamericano y argentino. En estos meses donde crece la pobreza, el desempleo y se vulneran todos los derechos, se lo extraña infinitamente.
Su palabra y su acción es necesaria hoy.

Como en el arte rupestre las paredes, los muros, las superficies, operan como sistemas de comunicación. Una forma de expresión plástica que brinda información sobre aspectos simbólicos que hacen referencia a lo religioso, social, político, deportivo, etc.
La expresión “una imágen vale más que mil palabras” cobra sentido en este caso.

Un mural sobre una pared en una calle, avenida, o aún en un espacio cerrado, interpela. Cuando se toma distancia para observarlo la fuerza de la imágen transmite el mensaje.
Se puede “leer” aún sin saber leer.

Así las enormes obras de los muralistas mexicanos Diego Rivera. José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, entre otros durante las primeras décadas del siglo XX. La potencia de las imágenes transmitían los asuntos que concernían a las masas populares.

En Argentina son muchos los protagonistas que aparecen en los muros de las ciudades interpretados individualmente pero muchos en forma colectiva. Maradona, Hebe de Bonafini, Perón, Evita, Néstor y Cristina, Héroes de Malvinas, y tantos más.

Muchas de estas paredes donde se componen murales son violentadas en reiteradas ocasiones por manos que no comulgan con el lenguaje popular. Es necesario “silenciarlas” intentando borrar la memoria.
Imposible.

El mural del Papa Francisco no es solo un homenaje a su figura sino a lo que representa integralmente. La paz, la solidaridad, el diálogo, el encuentro, la protección del ambiente, un futuro sin odio, sin guerras, el cuidado de niños y ancianos, un trabajo digno, un mundo sin hambre.

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