La columna de Cultura de María Macaya
Junio 5, 2022
El viernes 3 de junio se celebraron los 100 años de la creación de YPF,
Yacimientos Petrolíferos Fiscales, con un acto en Tecnópolis. Este centenario tan
importante para la Argentina motivó el encuentro, después de tres meses, entre
el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de
Kirchner. Luego de las palabras del actual director de YPF y ex senador Pablo G.
González, Cristina entregó una vez más, un discurso impecable. Plantarse frente
a la pantalla cuando ella hace sus esporádicas apariciones, es un placer
inexplicable, por lo menos para mi. Se esperan ansiosamente sus palabras, se
van paladeando una por una. Y es así como luego se escuchan y leen opiniones y
análisis de todo color y sentido.
Alberto, con su estilo, dio su discurso cerrando así el evento. La foto de las
manos tomadas de ambos complementada con una sonrisa recorrió portales de
noticias y cuanto whatsapp existe. Esperemos que sea para bien.
Pero recorramos un poco la historia de YPF.
En el año 1902 se descubrió petróleo en la zona de Comodoro Rivadavia.
Posteriormente se creó la Dirección General de Explotación del Petróleo, con el
objetivo de regular la actividad de las compañías extranjeras que comenzaban a
establecerse en el país.
Pero será al 3 de junio de 1922, con Hipólito Yrigoyen todavía en la Presidencia
de la Nación, que se creará por decreto la Dirección General de Yacimiento
Petrolíferos Fiscales, el primer paso de la petrolera de bandera.
El General Enrique Mosconi fue nombrado Director General de Yacimientos
Petrolíferos Fiscales (YPF), cargo que ocuparía durante ocho años y que significó
un impulso decisivo a la actividad y a la expansión de lo que se llamó el
«nacionalismo petrolero».
Comparto algunos fragmentos de una nota escrita por Ernesto Salas publicada
en la Revista Mestiza de la Universidad Nacional Arturo Jauretche titulada
“Enrique Mosconi, petróleo e independencia económica”.
“Aunque con el paso del tiempo se ha desvanecido su memoria, todavía hoy
cuando se nombra a Mosconi se piensa en YPF y el petróleo. Para los defensores
del antiimperialismo y la independencia económica, el general Enrique Mosconi
demostró hace casi cien años que era posible el desarrollo de una industria
petrolera en manos de los estados nacionales, y que ello sólo sería posible
limitando el avance de las empresas extranjeras en el sector. Su gestión como
director de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales duró ocho años pero sus ideas sobre el nacionalismo petrolero lo sucedieron y significaron toda una línea en el
pensamiento emancipador nacional y latinoamericano.”
“A comienzos de la década del 20 la industria petrolera estatal languidecía
mientras las empresas Jersey Standard, la Royal Dutch y la Anglo Persian se
expandían con rapidez. A contramano de lo que podía esperarse del nuevo
presidente, Marcelo T. de Alvear, al que se pensaba más ligado a los intereses
oligárquicos, no sólo Enrique Mosconi fue designado director de YPF sino que,
en 1923, el gobierno dictó un decreto otorgándole a la empresa una completa
autonomía administrativa. Los primeros pasos de Mosconi fueron dedicados a
estudiar la situación. El resultado fue la elaboración de un plan de cuatro años
para incrementar la extracción de crudo en Comodoro Rivadavia que encargó al
coronel Alonso Baldrich. El resultado fue un éxito ya que la producción pasó de
493.000 m3 en 1923 a 1.943.000 m3 en 1927″.
“El objetivo estratégico de Mosconi fue crear una empresa estatal
verticalmente integrada que no sólo produciría petróleo sino que lo refinaría y
vendería los productos resultantes en el mercado a precios competitivos”
(Solberg, 1979: 139). En otras palabras, para competir con los trusts petroleros
internacionales, Mosconi proponía no sólo explorar o extraer petróleo sino
agregar valor a partir de la la refinación, la distribución y la venta. Pero para ello
era necesaria una refinería propia y el Congreso se negaba a liberar los fondos
para su construcción, problema que se resolvió cuando el presidente Alvear le
prestó, en dos ocasiones, Letras del Tesoro Nacional. Finalmente, la Bethleem
Steel Corporation de los Estados Unidos construyó la refinería estatal en
Ensenada. Cuando esta comenzó a operar, en diciembre de 1925, era una de las
diez más grandes del mundo. El efecto fue inmediato: la producción de nafta de
YPF aumentó diez veces en un año y la empresa amplió la línea de sus productos
a kerosene y combustible para aviones, tractores y motores diesel. Dentro del
plan de integración, también era necesario establecer puntos de venta
minoristas, por lo que YPF construyó depósitos de almacenamiento en las
principales ciudades y para 1928 logró establecer 736 surtidores a lo largo del
país. Sin embargo, a pesar del asombroso crecimiento de la empresa estatal,
hacia fines de la década y debido al aumento de la demanda asociada al
transporte automotor, la Argentina seguía dependiendo de la importación de
derivados del petróleo.”
Inspirado por el modelo argentino, varios gobiernos latinoamericanos
decidieron emprender el camino de la estatización del petróleo. En 1931, lo
siguió el gobierno uruguayo con la creación de Administración Nacional de
Combustibles, Alcohol y Portland (ANCAP). En 1936, el gobierno militar de David Toro creó Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y decretó la
expropiación de la Standard Oil Company of Bolivia.
También inspirado en las ideas de Mosconi, Brasil creó, durante el primer
gobierno de Getulio Vargas, el Conselho Nacional de Petróleo (CNP) iniciando
una dura batalla por la nacionalización. Recién en 1953, durante el segundo
gobierno de Vargas se creó Petrobrás, el monopolio estatal brasileño. En
México, en 1938, el gobierno de Lázaro Cárdenas nacionalizó la industria
petrolera mexicana y estableció el monopolio petrolero estatal PEMEX.
A continuación comparto dos videos breves “Las huellas de la historia. Enrique
Mosconi. YPF” e “YPF 100 años».